Curso XXIV - Enseñanza 9: Los Iniciados del Fuego
Los Iniciados del Fuego son seres grandemente evolucionados, pero que aún están atados a la ley de causa y efecto.
Vienen periódicamente a la tierra, no arrastrados por el karma de la reencarnación y a pesar suyo, como las otras almas, sino voluntariamente; por propia determinación se adentran en la densidad de la materia, para realizar las últimas experiencias. El deseo está muerto en Ellos, pero todavía sus almas reflejan las sombras de los deseos pasados.
Estos seres miden, antes de reencarnar, la gran diferencia que existe entre el estado de vibración en que se encuentran y el estado de densidad física como un acto de sublime sacrificio. Sienten una inmensa pena y una aversión indescriptible en abandonarse a la nueva vida que los llama; pero, como comprenden la necesidad que tienen de experimentar una vez más la vida de los hombres, durante la cual podrán eliminar la sombra de todo deseo, se ponen en estado de concentración y se abandonan suavemente al sueño, que durará una vida más.
Como no están atados en la tierra por ningún lazo determinado, sienten el impulso y la necesidad imperiosa de cumplir acabadamente una obra para beneficio de la Humanidad, necesaria para el cumplimiento de la evolución y el desarrollo de la Idea-Madre. Su obra es, al mismo tiempo, la síntesis de su aspiración humana.
Es difícil distinguir en los Iniciados del Fuego cuál es la labor que cumplen para eliminar rápidamente su karma y cuál es la obra que desarrollan para bien de la Humanidad. Estos dos aspectos van tan estrechamente unidos, que son como una sola expresión; pues estos Superhombres, al dedicarse al bien o a una labor, lo hacen con tanta elevación, que su trabajo se transforma en un medio para final purificación de Ellos.
El lema de los Iniciados del Fuego es hacer de la materia mente y de la mente materia. Al hacer de la materia mente, espiritualizan sus actos y sus afanes; y al hacer de la mente materia, gastan todas esas energías y aspiraciones en un bien práctico y aprovechable.
Su existencia como seres extraordinarios pasa, generalmente, desapercibida en la tierra; pero su obra deja huellas imborrables.
Su misión principal es la de preparar las almas, para que puedan transmutar los valores que tienen depositados en sí.
Son, según los diversos aspectos de su actividad, forjadores de almas, maestros de grandes Iniciados.