Curso XXIV - Enseñanza 4: Los Iniciados Solares de la Segunda Categoría
Los Iniciados Solares de la Segunda Categoría imprimen sobre la Humanidad la Idea-Madre que ha de desarrollarse durante toda la Raza.
En el transcurso de la Raza Aria estos Iniciados han de desarrollar la Idea-Madre de la unificación de la Divinidad con la Humanidad. Ellos se identifican de tal modo con la Idea-Madre que, después que desaparecen de la Tierra, se transforman en un mito creador.
Tampoco, en los anales de la Madre, se especifica el nombre de ninguno de Ellos; pero es dado suponer, por las exégesis hechas por los teólogos de distintas religiones que Rama, Teti, Abraham y otros, han pertenecido a esta Categoría.
Rama, el Iniciado Rey de los Indos, encarna la Idea-Madre de la Unidad Divina, dentro de la variabilidad de los distintos aspectos de la vida. Esta Idea se expresa a través del impulso que su enseñanza y su pueblo dan a las ciencias, a las artes, al desenvolvimiento evolutivo de los pueblos y a la investigación constante de los poderes de la Naturaleza.
Esta Idea-Madre está tan fuertemente unida a la misión de los indos que les hará llamar con sus nombres divinos a todas las fuerzas de la Naturaleza y a todos los poderes del hombre, desparramando la potente luz de la idea de Dios sobre todas las cosas, como un torrente que baja impetuosamente desde una montaña, regando a todo el valle.
La vida de Rama, Divina Encarnación tan venerada aún el día de hoy por el pueblo de la India por sus hazañas, está alegóricamente reseñada en el poema épico “Ramayana”.
Teti, el fundador de la VI dinastía egipcia o elefantina, es la expresión de la Idea-Madre del equilibrio entre la Divinidad única y la Humanidad variable. Este concepto le da un extraordinario desarrollo a la razón y hace que ella tienda constantemente un puente entre la mente superior del hombre y su mente instintiva. A través de esta idea la religión se hace magia o ciencia y los conceptos divinos son puestos al alcance de la comprensión del hombre. La antigua religión de Egipto es la religión de las ciencias; dentro del Templo, símbolo de la Divinidad, se encierran todos los tesoros de la sabiduría humana y divina.
Abraham, el patriarca de los hebreos, encarna la Idea-Madre de la unidad religiosa y civil que se irá plasmando en el curso del tiempo y transformado en el concepto de un Dios único que se manifiesta a través de una ley social única. Y Abraham era bien consciente de su misión y de la misión que le estaba reservada a su pueblo en el futuro, pues Dios le había dicho: “Te haré cabeza de una nación, y esta tierra -Dios no dice “tierras”- daré a tu descendencia”.
Los Iniciados Solares de la Segunda Categoría tienen, entonces, la misión de encauzar en el mundo la Idea-Madre de la Raza; y la Idea-Madre de la Raza Aria es humanizar al hombre, haciéndole olvidar, aparentemente, su origen divino, para que con su esfuerzo natural, racional e instintivo, llegue, con sus propios medios, a la posesión de la divinidad.