Curso XXIV - Enseñanza 16: El Maitreya

Por los años 1972-77 es esperado sobre la tierra la nueva Divina Encarnación de Cuarta Categoría.
Los estudiantes espirituales, en el deseo de saber algo de su vida, de su misión y de su futura obra, se dejaron llevar por su entusiasmo y han escrito sobre Él, cantando su poder, embelleciendo su figura, enalteciendo su obra y dando brillo real a todos los contornos de su divina existencia. Pero su futuro permanece oculto en el misterio del provenir.
Es probable que la realidad sea mañana muy distinta de lo soñado y que Él sea un varón humilde que pasa inadvertido, por su aparente insignificancia, entre la multitud, pues seguramente ha de ser heredero de Aquél que dijo: “Mi delicia es vivir entre los hijos de los hombres”.
Lo que importa conocer de antemano, a grandes rasgos, es la forma en que Él llegará a la Humanidad, la misión que tendrá que desarrollar entre los hombres y qué nuevo sentido de la vida donará a estos.
Evidentemente, la Humanidad ya ha salido del oscurantismo, los hombres saben leer, tienen aspiraciones sociales y determinan sus vidas, en cierto modo. Cuando se encuentran solos, piensan a su manera y sienten de un modo propio y personal, si bien la Humanidad sigue aún el instinto colectivo de las masas.
La agonía de la hora actual es ésta: vislumbrar y no ver, querer y no poder alcanzar, salir fuera de los velos de la ignorancia para sentir sobre sí el peso de la incomprensión; y es éste un martirio más interior que exterior. Las grandes ruinas externas son, en realidad, el resultado de esta lucha interior.
El hombre de antes podía vivir relativamente tranquilo, porque no sabía nada y era dirigido; en cambio el hombre actual al saber tan sólo un poco, este saber es para él su mayor enemigo y tormento.
El Maitreya viene a la Humanidad para procurar la solución de este vital problema para la raza. ¡Cuán difícil es su misión!
¿Para ser feliz, el hombre ha de vivir identificado con la colectividad o encerrado dentro de sí mismo, como si nada existiera fuera de él?
¿Será la misión que trae el gran Ser la de amasar su carne con su espíritu y hacer así un nuevo pan para satisfacer al hombre?
¿Juntará tanto de carne, tanto de mente y tanto de espíritu para dar con esta armonía una solución para los grandes males actuales?
¿Enseñará la necesidad de aniquilar completamente la voluntad o revelarse a todos y a todo, siguiendo solamente el impulso personal, para ser feliz?
Esperan los hombres de buena voluntad, los discípulos fieles, los Iniciados del Fuego, silenciosos, de rodillas, humildemente, limpio el corazón y la mente sosegada, su enseñanza, su contestación, su admirable verbo.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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