Curso XXIV - Enseñanza 11: Los Discípulos de los Grandes Iniciados
Los grandes Iniciados, además de ser auxiliados por Iniciados de otras categorías, lo son también por un sinnúmero de seres que, por su adelanto espiritual, sintonizan con Ellos y con su obra.
En el mundo astral, cuando comienzan a generarse las vibraciones que han de acompañar en la tierra al gran Iniciado, éstas se comunican a los que serán sus discípulos y favorecen su rápida encarnación.
No todos los seres pueden encarnar sobre la tierra cuando es su hora, aunque lo deseen ardientemente; por causas que podrían llamarse de Karma astral, son retenidos en ese plano. El descenso de un gran Iniciado, por efectos de su extraordinaria vibración, favorece siempre el nacimiento de muchos seres y, sobre todo de aquellos que han de estar vinculados con Él, espiritualmente, en la tierra.
Esta vibración se prepara paulatinamente y aumenta a medida que se acerca el momento de la encarnación, perdurando durante el período en que el gran Iniciado vive sobre la tierra y transformándose después de la muerte del mismo, en la Gran Corriente de su obra.
Muchos discípulos preceden al nacimiento del gran Iniciado, o lo siguen. Ellos tienen un signo indeleble que es una intuitiva espontaneidad que les permite encontrarse con su Maestro. Lo encuentran sencillamente y siguen su palabra y su obra en una forma intuitiva que no podría explicarse fácilmente; sienten el llamado del Maestro y van tras sus huellas.
Los discípulos no siempre tienen contacto directo con el gran Iniciado; a veces lo encuentran una sola vez en su vida y basta este encuentro para determinar su vocación; otras, no lo conocen y sólo han oído hablar de Él y, sin embargo, perciben de tal modo su presencia que siguen su obra.
Los discípulos, aún aquellos que no viven en contacto con los grandes Iniciados, forman las colonias de los que propagan sus obras. Son un número determinado de hombres que, al llamado de una misma vocación, entran en la Gran Corriente del gran Iniciado, manteniéndola, fortaleciéndola y defendiéndola.
Cuando la obra del gran Iniciado ha de durar mucho tiempo, estos discípulos aún después de muerto aquél, vienen muchas veces a la tierra y mantienen ininterrumpidamente la cadena vocacional, mientras el gran Iniciado, desde los mundos superiores, los vigila y dirige.
Algunos discípulos buscan durante diversas vidas a su Maestro sin encontrarlo. Estas almas tienen el aspecto de haber fracasado en la vida; pero no es tal; sus vidas se concretan a una búsqueda y a una preparación para el cumplimiento de la misión que les ha sido encomendada.