Curso XXI - Enseñanza 9: Otras Meditaciones Afectivas Pasivas

“EL TEMPLO DE ORO”. Para llegar al Templo del alma es necesario atravesar un sinnúmero de dificultades propias de la actividad interior. Se llega a la pureza del alma como se conquista la cumbre de un monte; se permanece allí unos instantes y luego se regresa al valle. No obstante, el monte, con todas sus dificultades, sigue en pie, inalterable. ¿Cómo hacer para que la conquista de esa cumbre sea permanente?
Se puede tener dinero, guardarlo y no se pierde. Pero si se conquista unos instantes la paz, ¿cómo conservarlos? Al momento se diluyen y se vuelve otra vez a los sinsabores del mundo. El consuelo dura unos instantes y, no obstante, se realiza otra vez el esfuerzo durante meses para conquistar otros instantes más. ¿Cuándo se aprenderá a encontrar el consuelo y la paz interior en el esfuerzo mismo? ¿Cuándo se aprenderá a conquistar montes por la conquista misma, por el ascenso mismo, sin desear el premio de la cumbre?
“EL VELO DE AHEHIA”. Este esfuerzo por conquistar la paz interior, es la paz interior. La conciencia limitada hace creer que sólo el triunfo es valedero; parece que el Templo, el interior del Templo no es más que una consecuencia inevitable del esfuerzo de la lucha. Cuando se ame al esfuerzo por el perfeccionamiento en sí, como la esencia del camino, se habrá logrado la identificación con la meta del mismo. Se busca a Dios y no se lo encuentra hasta que el alma se de cuenta que Dios es esa búsqueda.
Del mismo modo no se ve a Ahehia porque está velada, hasta que uno se de cuenta que Ella es el velo que la oculta; entonces no se verá el velo, sino a Ahehia. Desde ya todo es verdad, todo es paz; menos la conciencia imperfecta. Ha de transformarse entonces la visión interior de la vida y de permanecerse enteramente en el goce de estar en el camino, de ser el camino. No hay que romper el velo de Ahehia, sino acrecentar el poder de la propia visión.
“LA RESURRECCIÓN DE HES”. La Divina Madre está con el alma, aunque ella no se dé cuenta de nada. Ella está aquí, pero no se la ve. Como se tiene poca fe, se necesita alguna prueba de su presencia para tener esa seguridad.
Cuando se aprenda a vivir sin necesidad de pruebas de la Divinidad, entonces el arrobamiento será permanente, aunque nada tiene que ver este arrobamiento con las sensaciones externas. Se puede ser muy perverso y sufrir mucho; pero si el propio conocimiento de la Divina Madre está en uno se es poderoso, la felicidad del alma permanecerá inalterable.
El arrobamiento del alma no tiene nada que ver con lo que ocurre en la epidermis. Lo que ocurre es que la epidermis afecta al ser como ser humano limitado y distrae la visión interior hacia afuera; pero nunca los propios defectos afectan la fidelidad que la Divina Madre siente por el alma. Es uno el que se aleja de Ella, no Ella la que abandona. Ella está en uno; pero uno se da el lujo de no hacerle caso. Cuando uno cree que piensa en la Divina Madre, sólo lo piensa su imaginación, su fantasía; si se pensara enteramente en ella, no podría dejar de hacerlo ya jamás.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

Relacionado