Curso XXI - Enseñanza 16: Monólogos Imaginativos de Preparación a la Meditación

Primer Monólogo: Soledad e Introspección. No se es absoluto; no se es autónomo en el mundo individual. Aunque se viviera solo en una isla perdida en el océano, no sería autónomo; porque se es el resultado lógico de un encadenamiento de vidas y muertes que escapan a la propia voluntad. Se está determinado por la sociedad, la presente y la pasada. Se piensa en el círculo de ideas que es común a toda la Humanidad, se poseen los ideales de la época. Cuando la sociedad enferma, se siente uno enfermo también, aunque la vida individual sea perfecta. No en vano se ha nacido ahora y no en cualquier época. ¿Cuál ha sido la causa de este nacimiento? No se sabe; pero sí se sabe que se ha nacido en un lugar determinado y en un tiempo determinado; y se debe aceptar los grandes lineamientos de la época, quiérase o no.
Pero dentro del mecanismo de determinantes está inserto el motor de la individualidad absoluta, el cual no depende del mecanismo general de la vida, sino que tiene otras leyes. La masa entera de la vida, las acciones, los intereses, los deseos y sueños, está volcada sobre la periferia de la personalidad; pero poco a poco se va robando pedacitos de vida humana y los va engarzando en el engranaje del motor interior. Así uno espera, poco a poco, robarse enteramente, emigrar de la periferia al centro, trasladar el cuerpo de las acciones y pensamientos desde el mecanismo inconsciente de los hábitos sociales, hasta el motor individual interior. Cuando uno está en soledad y en introspección se percibe el ruido de ese motor oculto y se van descubriendo sus características.
Segundo Monólogo: Ficción de la muerte. Morir es la perfecta medicina para las enfermedades de la vida. La muerte de la vida, la muerte común, encierra la medicina y el olvido al mismo tiempo. Se muere, desaparecen las ataduras, se es libre para hacer cualquier cosa grande, pero no la puede hacer porque uno se tiene que ir, tiene que desaparecer; luego desaparecen también las ambiciones de construir cosas bellas.
Pero el espíritu soberano del hombre ha descubierto que se puede morir, sanarse de las enfermedades, sin necesidad de olvidar; es decir, estar presentes, actuar en la vida, haciendo verdaderamente las cosas bellas que siempre quiso hacer pero que no se podían por medianidad.
Morir en vida; éste es el descubrimiento del espíritu creador.
La muerte física es siempre la gran enseñanza, no de la resignación o arrepentimiento, sino de la rebeldía contra el impulso ciego de los hábitos, de los instintos, contra la estupidez ante la vida, contra la maldad, contra la desidia de dejar transcurrir los años sin hacer nada valedero.
Morir en vida, es decir, vivir en las virtudes de la muerte, vivir con el desapego perfecto de los que han muerto. Matar todos los llamados bienes, virtudes, habilidades, instrucción, clase, herencia, deseo, esperanza, sueño, los tesoros de la Humanidad; y ser pura acción, acción interior y acción exterior, pero sin que se peguen esas cosas, sin que toquen al ser interior, porque adentro se está muerto. El alma no es terrestre, no puede ser tocada, porque reside en el mundo del más allá.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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