Curso XXI - Enseñanza 12: Otras Meditaciones Afectivas Estimulantes

“EL TEMPLO DE ORO”. A medida que se va viviendo y valorando, con el recuerdo, los resultados positivos y negativos de las experiencias, se va aprendiendo no sólo a prever los resultados, sino también a medir la vida con una nueva medida de tiempo.
En el momento de realizar un acto, se vuelven también presentes de ese acto las causas que lo originaron y sus futuras consecuencias. Entonces, en vez de percibir un tiempo presente muy corto, se experimenta la sensación de un tiempo presente mucho más largo, tan largo, que en él está encerrado la causa, el fenómeno y sus consecuencias.
De tal modo se aprende, entonces, a vivir no ciegamente, ni microscópicamente, sino con una clarividencia interior, que no proviene de una iluminación o revelación psíquica, sino del aprendizaje de la experiencia. Por ejemplo, si durante miles de veces una persona se ha acostado y luego ha vuelto a despertarse, sabe, cuando va a dormirse, que el sueño es limitado y que dentro de unas horas va a despertarse y a entrar nuevamente en la lucha por la vida. El descanso del sueño, aunque produzca la sensación de eternidad, se sabe positivamente que es perecedero y que debe volverse a la vigilia. Así también, cuando se está cansado, se sabe que la duración de ese cansancio es corta, porque cuando llega la noche, uno se acuesta y descansa de todas las tensiones del día.
Se sabe, entonces, cuando es el tiempo de descansar y cuando el de trabajar, se saben la causas que originan uno y otro y las consecuencias.
Esta especie de conocimiento vital da gran consuelo, tanto para los momentos de contrariedad como para los de placer. Si uno está en el cine, disfrutando de una película, se dice: esta película dura sólo 90 minutos, luego la fantasía se acaba y se debe volver a la calle otra vez; si se está en la oficina, se dice: dentro de un par de horas volveré a respirar aire puro. Entonces, se trata de no eternizar ni el sufrimiento ni el placer. Se trata de que el tiempo subjetivo se vuelva tiempo objetivo, tiempo del reloj, que es inalterable y el más sabio; no deforma. Este consuelo de la exactitud del tiempo, de la pequeñez y límite de los momentos del alma y del juego y equilibrio de los distintos tiempos, proporciona el inmenso consuelo de que las cosas son objetivas: esto es un lápiz, esto es una mesa, ésta es el alma. Sólo ésta, el alma imperfecta, deforma la visión de la vida y hace creer que una tarde agradable es toda la vida. Se quiere que el alma se conozca a sí misma en la más perfecta exactitud. Esto es obedecer, esto es orar, esto es un defecto. No se quiere que el alma se engañe más; y como ya no le engaña como antes, se tiene un consuelo mejor, que no viene como un calmante para los nervios, sino que es comprensión de las cosas mismas.
La desolación, que es el polo opuesto del consuelo, proviene porque el alma esperaba una cosa y la vida le responde con otra; el ser prefiere esperar nada más ni nada menos que lo que la vida le pueda proporcionar. Procura ser exacto y certero. Quiere estar siempre en la verdad. No hay mayor consuelo que éste.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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