Curso XVII - Enseñanza 15: La Concentración Subjetiva

En la meditación sensitiva la imagen es percibida a través de los cinco sentidos. El objeto es afinar la sensibilidad de los sentidos para aguzar su percepción. Sin embargo, este ejercicio no permite trascender la evidencia sensible.
Hay un tipo de oración que, si bien asume la forma de una meditación corriente, es un verdadero ejercicio de concentración subjetiva. En la concentración común el ser fija la atención activamente sobre el objeto, hasta que consigue que la mente no se mueva de allí. La concentración se hace subjetiva cuando comienza la identificación entre sujeto y objeto. Esta experiencia puede comenzar en la meditación.
La diferencia característica está en el cuadro imaginativo.
Se comienza por fijar la atención en la imagen y poco a poco trasladar la conciencia hacia la imagen. Por ejemplo: se ve un ave en el cielo, flotando en el aire. Fijar tanto ese flotar en el aire hasta que se comienza a sentir que uno flota en el aire, como si fuera un ave. Esto, que comienza por ser un simple ejercicio, lleva a una identificación profunda con el ser de las cosas y aún con las cosas inanimadas, que sólo puede lograrse a través de un estado subconciente.
En el estado conciente ordinario esa identificación es imposible. En la concentración subjetiva pasa como en los sueños. Se ve una imagen cualquiera, absurda quizás, pero se sabe que es una u otra persona.
En realidad, éste es sólo un ejercicio subjetivo, pero que facilita el logro de la subjetividad en la meditación.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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