Curso XVI- Enseñanza 7: Vida Nueva

No se puede iniciar el Camino de la Perfección si no se nace a nueva vida.
El pasado del discípulo y todo lo que queda atrás es un estorbo. Hayan sido buenas o malas sus acciones, debe olvidarlas. El pasado, de todos modos, queda unido al discípulo por la esencia del bien y del mal.
Por eso el alma amante, deseosa de perfección, pregunta a su Divino Maestro:
“Quisiera sumergirme en el total olvido de mi pasado, cerrar los ojos y abandonarme en el sueño purificador para poder reencontrar el camino de luz que he olvidado, pero que vislumbro”.
“Si la inocencia del niño debe llevarme a iniciar el verdadero camino y a encontrar el manantial del Eterno Amor, ¿puedo volver a hacerme niño?”
“Son muchos los velos y las tinieblas que me envuelven. ¿Puedes Tú, Maestro mío, indicarme entre la infinidad de caminos cuál puede ser el más seguro hacia el verdadero encuentro, hacia la conquista de los valores eternos?”
“¡Oh, cuánto ansío escuchar Tu voz! Será para mi el despertar a una nueva vida, hacia la comprensión sencilla, pero profunda de los tesoros del espíritu”.
“Sé Tú mi guía. Elige Tú mi camino y ayúdame como a los niños, paso a paso, a encontrar la luz del sublime amor”.
El Maestro, compasivo, eterno enamorado de las almas, hace oír Su mística Voz:
“Hazte niño, vuelve a ser pequeñuelo; si puedes, retorna al seno de tu madre”.
“Porque te doy una madre nueva, La Divina Madre, mi santa Madre. Ponte en estado prenatal en el seno virginal de Ella”.
“¿Recuerdas cuando al salir de la matriz divina, Ella te llevaba tiernamente en los brazos de la inocencia primera? ¿Recuerdas, antes que tú la abandonaras por el vago e incierto recuerdo de la antigua Eva?”
“Levántate por encima de tu pasado, vuela por sobre él, veloz y retrospectivamente hacia el manantial primero, hacia la fuente generatriz. Retornando allí, el pecador recupera la inocencia, quita los velos, cura los golpes, sana las heridas y vuelve a bautizarse en el alba del primer día, del primer rayo de luz”.
“He ahí el puerto seguro y tranquilo, sereno e inviolable: el seno virginal de la Eterna Madre”.
“Es como si nacieras purificado y sin pasado; es como si fueras uno Conmigo que soy Uno con Dios”.
“Es esa la purificación más gloriosa, el bautismo más sagrado, que hace al alma más blanca que la nieve y más transparente aún que los mismos rayos del naciente sol”.
“Aprende las oraciones y las cosas sencillas que son las que encierran en sí los misterios más grandes y más profundos. Aprende en la sencillez de la infancia a admirarte de todo, a verlo sin malicia y sólo con una atención expectante”.
Calla el Maestro y el discípulo queda sumido en profunda reflexión.
Oh, la sencillez es una virtud difícil para el alma. La oración que se pronuncia “Ave María, gratia plena”, no es fácil de comprender. La Divina Madre, si se llena de toda gracia, no admite que nada empañe su pureza celestial. Le es muy difícil al alma despojarse de todo y tirar sus hábitos a los pies del altar, para repetir junto con el Pobrecito de Asís, nada más que: “Padre nuestro, que estás en los cielos”.
Cuando se empieza el camino espiritual se quiebra el ánfora llena de néctar a los pies del Maestro; pero, casi siempre, se guarda la última gota para si mismo. A veces no es nada más que el granito de arroz que se guarda como recuerdo de la antigua vida; pero basta eso para impedir al alma hacerse verdaderamente semejante al niño, empezar su infancia espiritual.
Tal es la profundidad que como perla en el fondo del gran océano, esconde en sí la anhelada sencillez.
Esta desnudez total de todo, este morir místicamente para despertar resucitado a nueva vida, es lo que exige al Amante Perfecto de Dios, un desapego externo e interno de todo su ser. Desde su iniciación en la senda del espíritu debe ir habituándose a él para llegar un día al desasimiento purísimo en el que sólo sea habitado por Dios.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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