Curso XV - Enseñanza 7: Las Consecuencias
Las Consecuencias, como último paso del ejercicio, tienen en la conformación técnica del mismo, una doble finalidad.
Ya se ha dicho que paralelamente al proceso espiritual que en las profundidades del alma se desarrolla, el estudiante debe desenvolver una autoconciencia del proceso, o sea, debe ir adquiriendo conocimiento de lo que en su interior se desarrolla y del resultado que va obteniendo a través del ejercicio de la oración y de la aplicación de las enseñanzas a su propia vida.
La primera finalidad de este paso de la meditación consiste en tomar conocimiento del efecto que el ejercicio ha producido en el alma, resumiendo qué es lo que se ha logrado mediante la meditación.
La segunda finalidad consiste en afirmar una vez más en el alma la fuerza sugestiva del ejercicio aseverando reiterada y enfáticamente, con seguridad interior, haber logrado el efecto buscado, haberlo conseguido.
Es precisamente para conformar esta doble finalidad de este paso que se recomienda efectuarlo de la siguiente manera: En primer término ha de resumirse lo que el ejercicio ha revelado a la comprensión del meditante. Y es que la meditación hace conocer y comprender al alma aspectos y estados jamás conocidos.
Muchos meditantes que se han considerado exentos de defectos, pasiones o inclinaciones viciosas, han descubierto tras sucesivas meditaciones, que la Dama Negra se halla entronizada como reina y señora en su interior, presidiendo aún los aspectos que consideraban buenos y dignos.
En este paso de la meditación el ejercitante toma entonces conocimiento de lo que ha descubierto a través del ejercicio en su interior. Así por ejemplo, si meditando sobre los Dos Caminos descubriese cuán apegado se halla a cosas que jamás le han llamado la atención, porque nunca habían aflorado a su conciencia, pero que dormían cautivantes en su interior, resumirá este descubrimiento manifestando que había conseguido comprender cuán atado estaba a tales o cuales cosas.
En segundo término ha de establecerse lo que ha ocurrido en el mundo de sus sensaciones.
Hay quienes han renunciado a la posibilidad de conseguir estados de elevación y gozo espiritual. Nada sublime afectaba su dormida emotividad. Sin embargo, la meditación les ha revelado fuentes maravillosas de plenitud espiritual, verdaderas vislumbres de Divina Unión, jamás soñadas.
Al afirmarse haber conseguido el efecto buscado se ha puesto la base para el logro real y total de dicho fin.
La entrada al sendero es el principio de la Divina Unión; el primer logro del efecto buscado en la meditación, es el principio de su definitiva conquista.
Las consecuencias deben ser claras, breves, seguras y no argumentadas.
La claridad y brevedad permiten un conocimiento claro de lo logrado y una afirmación contundente de lo sentido.
La seguridad es indispensable y debe ser expresada a fin de que se fije en el alma la conquista que se atribuye.
En cuanto a la no argumentación, se explica fácilmente si se considera que toda argumentación en este paso es una meditación racional ajena al ejercicio realizado; amén de que la larga exposición atenta contra el efecto, al que diluye en palabras e imágenes.
El resumen que como tal y no como un paso del ejercicio de la Meditación se suele hacer, tiene por finalidad como su nombre lo indica, resumir con precisión y escasísimas palabras cada uno de los pasos del ejercicio.
Su objetivo es principalmente didáctico, pues tan sólo suministra al alma a través de sus contundentes y escasos términos un elemento para la memoria, como para que el meditante recuerde durante el día esas palabras impregnadas de la vibración del ejercicio y del sentido de realización en ellas encerrado.