Curso XV - Enseñanza 5: Cuadro Sensitivo

El cuadro sensitivo constituye uno de los pasos más importantes del ejercicio de la Meditación, pues es la etapa en que el alma toma dominio de su emotividad y le da la forma, tonalidad y vibración que se ha propuesto.
El nombre de este paso del ejercicio parecería indicar que es mientras el ejercitante está describiendo lo que siente, cuando se producen las sensaciones. Sin embargo, esto no es exacto. Las sensaciones se producen mientras se desarrolla el Cuadro Imaginativo. Lo que se hace en el Cuadro Sensitivo es tomar conocimiento de lo sentido, es identificarse conceptualmente con el estado de la sensibilidad. Así, mientras se imagina una lluvia que cae pausadamente, rítmicamente, la sensación sedante o tranquilizante nace de la observación de las gotas de agua, y no cuando el meditante describe el Cuadro Sensitivo. Lo que acontece, pues, cuando se desarrolla este paso de la meditación, es que el ejercitante toma conocimiento de la sensación de paz y tranquilidad que ha experimentado.
Más aún; durante la descripción del Cuadro Sensitivo el orante define la sensación experimentada, la tipifica y la estabiliza. De manera, entonces, que cuando se hace el Cuadro Imaginativo simultáneamente se producen las sensaciones, y cuando se dice que se siente es cuando se posee y se percibe lo sentido. Por otra parte, el lograr la sensación propuesta no es cuestión de un efecto instantáneo, puesto que la sensación no es impresión. La impresión es la incidencia del estímulo sobre los sentidos. La sensación, como paso de la meditación, es la percepción mental del efecto del estímulo.
Se efectúa este paso reuniendo y trayendo a la mente las diferentes sensaciones experimentadas a raíz del Cuadro Imaginativo. Esta operación debe realizarse en forma progresiva o increscendo, vale decir, que se debe empezar por describir los prolegómenos de la sensación y, por la afirmación sugestiva de que se está sintiéndola, llevarla progresivamente hasta adquirir la forma definitiva de la sensación buscada.
Este modo de operar sobre la sensibilidad es el que constituye, precisamente, el aspecto educativo, ya sea purificador, ya sea plenificador.
También aquí hay que prevenir contra el mal de la palabra que, a fuerza de expresar más intensa y sostenidamente la sensación lograda, suele disminuirla y desparramarla, volviendo la sensibilidad a su estado primitivo en lugar de mantenerla suspendida en el punto culminante que se ha logrado.
Cuando se ha conseguido, por ejemplo, concretar la sensación de aborrecimiento, no es cuestión de seguir hablando y hablando, puesto que las palabras disgregan la sensación; lo que hay que hacer es mantenerla, para con esta nueva fuerza, poder formular seguidamente los propósitos. Si no se lograse sensación no habría propósitos efectivos ni duraderos. Cuando imagino que pruebo un manjar que se encuentra en estado de descomposición (Cuadro Imaginativo), siento de inmediato repugnancia (Sensación). Si al describirse lo sentido mantengo la sensación, sin diluirla ni disgregarla, formularé de inmediato severos y fuertes propósitos de no volver a ingerir manjares en este estado. Pero si la sensación fuera ligeramente confusa, débil, inconcretada, dicho propósito ni sería formulado ni tendría fuerza de realización.
El Cuadro Sensitivo debe ser fuerte y exagerado en su expresión. La emotividad no se moviliza, ya se ha dicho, mediante estímulos débiles, flojos; si se quiere lograr efectos duraderos se debe revolucionarla sin temor alguno. Ella, como elemento vital de la naturaleza humana, se equilibrará sola. Si se pretendiera hacer un estudio exhaustivo y analítico por descubrir la tonalidad real de la sensación experimentada se perdería intensidad.
No se tema por ello en afirmar con seguridad que se siente tal o cual sensación no obstante haberla sentido en una intensidad menor. Sin embargo en la exposición, como ya se dijo, se debe observar un procedimiento progresivo, vale decir, que se debe partir de la enunciación de la sensación primera para después, exagerando, llegar a la afirmación de haberse percibido la sensación total buscada. Durante este paso de la meditación es cuando, en realidad, se puede decir que el ejercitante tiene su sensibilidad en sus manos y está operando sobre ella, la está dominando, le está imponiendo una tonalidad y un modo de sentir fruto de su voluntad. Es este el momento cumbre del ejercicio.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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