Curso VI - Enseñanza 9: Cultivad a las Almas - 1955

Abrid las puertas de vuestro corazón a las almas todas, Hijos de Cafh.
El amor, imán potente de las almas, las atraerá.
Cultivad con vuestro amor a las almas jóvenes que ni una sola se pierda, que ni una sola se desvíe; ofrendad toda vuestra sangre por ellas si es necesario, guiadlas por el sendero de la fe, de la belleza, de la alegría de vivir.
Cultivad con vuestro amor a las almas de aquellos que os fueron confiados.
No sea desunida la vida espiritual de la vida humana, sino haced que sea una única expresión de Divinidad.
¡Que cada hogar sea una Tabla, que cada Tabla sea un hogar!
Cultivad con vuestro amor a todas las obras de los Hijos, sus esperanzas, sus anhelos, sus trabajos, sus posibilidades.
Toda experiencia vale la pena ser vivida si se termina lo que se empieza.
De las cosas más pequeñas e insignificantes se puede sacar el fruto más acabado y Divino.
Cultivad con vuestro amor a las almas escogidas.
Apartad de ellas el peligro, las dificultades, los obstáculos para que puedan llegar a la consumación de su deseo Divino.
El fin supremo de Cafh es llevar a las almas hasta la cima de la perfección y las almas escogidas son una prenda, una imagen, una seguridad de que el fin perfecto puede ser logrado aún en esta vida.
Abrid las puertas de vuestro corazón a las almas todas, ¡Hijos de Cafh! y aún abrid las puertas de vuestro corazón a las almas que están por devenir.
Un número grande de seres y de Iniciados está para venir sobre la Tierra acompañando al Divino Redentor.
Ellos necesitan padres y madres espirituales, que ayuden su descenso a la tierra con su oración y castidad.
Ellos aún necesitan padres y madres que les den un cuerpo adecuado para cumplir con su misión sobre la tierra, su gran Misión de Amor.
Si es necesario dad vuestra vida y vuestra sangre para las almas.
¡Porque sólo el amor que se da, que no pide para sí, que se sacrifica y entrega al sufrimiento voluntario puede redimir al mundo y salvar a todas las almas!

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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