Curso VI - Enseñanza 4: La Casa del Amor - 1950
Habéis llegado, Hijos de la Llama, al Templo de la Divina Madre, a la Casa del Amor.
Permaneced estáticos frente a la Santa Puerta ¡Adorad, soñad, amad!
Dichosos los que han llegado hasta este umbral; todos ellos indistintamente están destinados a entrar allí, cuando sea su tiempo y su hora.
Nadie entrará a la Casa del Amor si pesa el más mínimo de los pesos de más.
Nadie pasará sin ser pesado.
Todo lazo tendrá que ser roto y todo enemigo vencido.
Lazos del hombre espiritual son los vínculos de sangre, los límites de familia, el ansia de revivir la carne.
¡Preparaos, Hijos de Cafh!
Descalzos vuestros pies, verdaderamente pobres de todo bien humano y terrenal, ya que estos bienes son la sepultura del hombre y la causa de su muerte interior.
Blancas vuestras vestiduras, verdaderamente honestos según la ley divina y humana, aquella que está escrita en el cielo y en el corazón.
Coronadas vuestras cabezas, verdaderamente serenos y dueños de la paz mental.
Los que no pueden mirar tan alto que permanezcan en las laderas, que no suban al Monte Divino.
Es dañoso tender la mano a aquél que luego no podrá continuar por sus propios medios.
A éstos dadles lo que aman, lo que desean: dones materiales, protección para sus familias, dicha y felicidad dentro de la rueda de su vida.
El triunfo de Cafh es dar a cada uno el pan según su necesidad y medida.
El triunfo de Cafh es hacer participar a los pequeños de los dones de la Integridad de la Gran Obra, es hacer participar a los adultos de la fuerza del Poder de la Gran Corriente, es hacer participar a los perfectos de la Unión Substancial con la Divina Madre.
Pero los Hijos que han tocado la Puerta del Templo Infranqueable y ésta se ha abierto al toque del amor y han penetrado allí, recuerden: ésta es la Puerta Mística que no se abre dos veces.
Allí en el Templo está el Altar de los Sagrados Desposorios; allí el Alma y la Madre se unen para la Eternidad; allí Ella besa la boca que ha pronunciado los Votos Eternos; allí Ella recibe, ininterrumpidamente, la ofrenda de la vida de los Elegidos.
Durante todos los días de su vida ofrendarán los Hijos holocausto de sangre, de su propia sangre.
Éste es el Altar Interior en donde se ofrenda la donación secreta que nadie conoce, el martirio del alma; el amor de los Hijos deposita allí diariamente las gotas de su sangre.
Y este es el destino de los Hijos de Cafh que penetraron en el Templo de la Divina Madre a pronunciar sus Votos Eternos.
¡Y esto es TODO!
Los que se negaran a la ofrenda de sus vidas se transformarán en el cabro negro y maldito que, cargado con las maldiciones y las iniquidades de la Humanidad, no es sacrificado sobre el Altar, sino lanzado al desierto de la aridez de una vida fracasada para que vague en la oscuridad de las pasiones, y en la soledad de los incomprendidos.
¡Hijos de la Llama! Habéis llegado al Templo de la Madre Divina, a la Casa del Amor.
Cruzad el Círculo de Fuego a través de las potentes luces de la Gran Corriente, ¡Oh vosotros los perfectos!
Entrad al Templo de la Unión Substancial; acercaos al Altar de la Eterna Esposa. ¡Id a las Místicas Bodas!
Es éste el regalo nupcial de los Hijos fieles y santos: su dicha, su triunfo, su victoria.