Curso VI - Enseñanza 16: La Expansión - 1962
¡Hijos de la Madre, haced que Cafh se expanda sobre toda la tierra!
Las almas todas están aptas y prontas y esperan ansiosamente sobre la hora, sin admitir ya demoras.
¡Hijos de la Madre, expandid a Cafh fijando en vuestro interior el Mensaje de la Renuncia!
Practicad sin interrupción los ejercicios ascéticos que os fueron indicados desde vuestra adhesión a Cafh, pero sólo de un modo mecánico, técnico. Todos los ejercicios ascéticos, aun la meditación como os fue correctamente enseñada, han de ser sobre todo, ejercicios musculares, fonéticos, sugestivos, cerebro espinales. Los ejercicios ascéticos que desde su iniciación agudizan los sentidos, clarifican la mente, fortalecen la voluntad, acentúan la sensibilidad, dan dominio sobre el cuerpo físico o el pensamiento, han de ser descartados. Si bien le es imposible al principiante el aprendizaje sin aspirar a logro alguno, sin embargo, éstos han de ser sólo como clasificaciones escolares superadas por el resultado de la experiencia. Algunos místicos dejan la ejecución del ejercicio ascético sin logro para más tarde, pero es luego imposible que el alma deseche lo que ya ha establecido como un logro permanente.
Los ejercicios ascéticos sin logro introducen al alma por mística escueta y libremente en su interior, vaciándola de todo, espejando el Mensaje de la Renuncia sin trabas, únicamente, comunicándose por poder de similitud interior con todas las almas adecuadas.
Y éste es el comienzo de la expansión de Cafh.
¡Hijos de la Madre, expandid a Cafh tomando conciencia del Mensaje de la Renuncia!
Tomad posesión profunda de vosotros mismos. No puede tomar contacto con las almas ni penetrar en su interior aquél que no se conoce a sí mismo, aquél que no toma conciencia de sí. Es necesario solucionar las más simples preguntas de: ¿qué soy yo en realidad? ¿qué es lo que verdaderamente siento y no lo que creo sentir? El sentir se escapa y se esconde de las manos del ser y sin saber lo que en realidad uno siente no hay conciencia de sí, sino sólo conciencia reacción. El Hijo que explora su interior y lo controla constantemente toma posesión de su conciencia profunda y del sentir del Mensaje de la Renuncia.
Tomar conciencia de sí; sentir el sentir del Mensaje de la Renuncia es desencadenar en las almas una reacción en cadena del mismo claro sentir, es expandir a Cafh.
¡Hijos de la Madre, expandid a Cafh dando a las almas definiciones claras y evidentes de la expresión sobrenatural del Mensaje de la Renuncia!
La fe religiosa, las experiencias metafísicas y las realizaciones individuales fueron siempre los elementos que pusieron a los hombres frente a las posibilidades desconocidas, pero ahora la fe religiosa y las experiencias individuales quieren ser por muchos suplantadas por la fe simple y la experiencia científica. Es urgente permitir a las almas que revisen sin escrúpulos sus creencias y dogmas, para que la fe y la experiencia puedan alcanzar una amplitud imprevisible.
Expongan los Hijos el Mensaje de la Renuncia dándole todo su alcance sobrenatural, pero no más allá de lo evidenciado, para que las almas salgan del círculo cerrado de los esquemas mentales, sabiendo lo que pueden y lo que no pueden, qué es lo que se ha podido dilucidar y lo que queda en el misterio. Es necesario que las almas sepan cuáles son sus verdaderas posibilidades interiores y cómo manejar sus potencias anímicas; que distingan cuáles son las conquistas metafísicas que pueden sostenerse frente al análisis, cuáles son las experiencias individuales posibles y cuáles las hipótesis que están en vías de evidenciarse. Enseñen a las almas que no deben avergonzarse de lo que no conocen ni disfrazarlo ignominiosamente, sino que lo desconocido es siempre Dios mismo.
La claridad y honestidad en las definiciones es el Mensaje de la Renuncia hecho verbo en las almas.
¡Hijos de la Madre, expandid a Cafh estando en contacto y presencia con las almas!
Estad con las almas permanente, íntima y desapasionadamente.
Las almas están sedientas del Mensaje de la Renuncia y de la compañía del alma que lo proclama con su vida. Las almas ya no se ganan ni con palabras ni con promesas ni tampoco con nuevas doctrinas y nuevas polémicas, sino con la verdad hecha carne y siempre presente del enseñante, el enseñante de presencia, en semejanza de sentir, en participación de vida, en comprensión mutua. Los Hijos son testimonios del Mensaje de la Renuncia y todo el conjunto es responsable de la palabra recibida frente a los Hijos. Y cuando el maestro y el discípulo están juntos y comparten la misma vida todos los problemas se resuelven espontáneamente.
El Mensaje de la Renuncia con la presencia de los Hijos que lo viven dice que el problema humano no es tener o no tener, creer o no creer, estar con lo correcto o lo injusto, pertenecer a una clase u otra, a un grupo u otro, sino el problema es sólo conseguir las posibilidades necesarias para desenvolverse pura y simplemente como seres humanos, la capacidad espontánea de distinguir entre el logro de una conquista cualitativa y una conquista cuantitativa, el discernimiento para conocer la libertad espiritual sin confundirla con la libertad instintiva. La libertad instintiva es ficticia porque da el espejismo de que el ser está haciendo lo que se le ocurre, mientras la libertad espiritual da al ser capacidad precisa de ubicación de sí dentro del conjunto humano y, por consiguiente, dentro del Cuerpo Místico de Cafh.
Cuando el Mensaje de Renuncia está presente en las almas la expansión de Cafh marcha veloz.
¡Hijos de la Madre, expandid a Cafh proclamando el Mensaje de la Renuncia!
Actuad en las almas al exterior si vuestras almas se han proyectado en ellas en lo interior.
Dad la proclama del Mensaje de la Renuncia a las almas a su medida.
Ir a las almas es amarlas, comprenderlas, participar de sus necesidades y de sus aspiraciones, hacerse a su ambiente y a sus costumbres. Dar un regalo magnífico a un niño que vive en una habitación sórdida es una caridad ilusoria; proporcionar un vestido lujoso a la muchacha del conventillo es tapar las heridas sin lavarlas; proporcionar al joven un campo de deporte moderno en barrios insalubres es burlarse de la miseria; así es como proclamar ideas inalcanzables a aquellos que precisan ideas de soluciones inmediatas. El Mensaje de la Renuncia ha de ir a las almas a medida, según el ambiente o al lugar a que pertenecen.
Los Hijos han de llevar la proclama del Mensaje de la Renuncia más allá de las proclamas religiosas y políticas, sólo como una voz espiritual que comprende y comparte la creciente necesidad de los hombres, de todas las clases y de todas las razas, de mejorar sus propias condiciones de vida. Una voz espiritual que exhorta a todos los hombres para que acepten los sacrificios inherentes a los actos y a la hora actual y comprendan que lo que pueden perder en un plano siempre es compensado en otro; a un reajuste económico un alza de valores morales; a una pérdida de cómodas seguridades dogmáticas un mayor desenvolvimiento espiritual.
¡Hijos de la Madre, expandid a Cafh dictando una Enseñanza precisa!
Transmitid la Enseñanza a las almas con métodos siempre renovados. Las enseñanzas utilizadas para educar a los Hijos y a las almas han sido adecuadas siempre al momento, a las circunstancias y a la capacidad adquisitiva. Se han utilizado varios métodos y enunciados de varias doctrinas y escuelas que progresivamente fueron moldeadas, adaptadas o superadas.
Los Enseñantes deben transmitir a los Hijos el Mensaje de la Renuncia con apuntes claros, sintéticos y precisos, determinando siempre lo posible de lo evidenciado, basándose siempre en la tradición mística, en la filosofía de la historia y en las ciencias exactas.
Querer mantener uniformemente un mismo método de Enseñanza es colocar a quienes la dictan en el pasado, y la Enseñanza del Mensaje de la Renuncia es el presente infinito.
La Enseñanza en sí es un factor indispensable de expansión, es el medio más plausible de nuevos contactos, de fundaciones prósperas y pujantes, es el elemento de que disponen los Hijos para ponerse en contacto directo con las almas.
Con la Enseñanza los Hijos captadores de ambiente, los Hijos pilotos, preparan en los distintos lugares el terreno propicio para establecer a Cafh, mantienen en el mismo vivo el entusiasmo, se hacen punta de aspirantes en el lugar de su residencia o en el círculo de su actuación.
¡Hijos de la Madre, expandid a Cafh trabajando en la Integración de la Gran Obra!
Todos los Hijos expanden a Cafh con su trabajo de cada día. El trabajo a la luz del Mensaje de la Renuncia se hace mística viva, santificador de la materia.
La Integridad de la Gran Obra la constituyen los Hijos con el cumplimiento de su cometido en el mundo que contribuye a la formación de la sociedad civil y espiritual. Sólo con el trabajo es posible a la Humanidad superar las estructuras inadecuadas y establecer el reino de la paz sobre la tierra. Las rebeldías sólo fomentan la insatisfacción sin presentar ninguna solución concreta; sólo el trabajo proporciona soluciones espontáneas y sucesivas y es la base del establecimiento de la Economía Providencial.
¡Hijos de la Madre, expandid a Cafh utilizando escrupulosamente el Poder de la Gran Corriente!
El rayo de luz sostenido quiebra toda resistencia. La emisión del rayo sostenido de Foá hace que la expansión de Cafh sea un hecho matemático, pero la fuerza de Foá no utilizada por inercia o utilizada personalmente, es un excedente dinámico irrecuperable.
El rayo sostenido de Foá sostenido aumenta el magnetismo personal impersonal del Hijo y, por consiguiente, aumenta el número de Hijos continuamente como la gota de agua en el rayo de luz.
Asimismo multiplica los Radios de Estabilidad y centuplica las Obras de Cafh.
El rayo de Foá sostenido desintegra todos los componentes obstáculos e ilumina el Mensaje de la Renuncia en todas las almas, potencializando todas las posibilidades de desenvolvimiento espiritual de los Hijos.
El Poder de la Gran Corriente es sostenido proporcionalmente por los Hijos según la Categoría a que pertenecen y todos los Hijos son indispensables para la expansión adecuada de Cafh. Por eso el número de almas consagradas en la Ordenación ha de ser cada día mayor y los Directores Espirituales han de llevar a ella a las almas con disposiciones y cualidades adecuadas.
Las Tablas y los Hijos han de ser conducidos por Ordenados Superiores, si bien el número de éstos ha de ser siempre limitado a las necesidades de las Tablas. Pero el número de Hijos e Hijas consagrados en la vida de Comunidad ha de crecer constantemente. Sin ellos que constituyen la ofrenda de holocausto, el ejemplo vivo de las posibilidades del Mensaje de la Renuncia, la expansión total de Cafh es imposible. En todos los lugares en donde reside una Tabla de Solitarios debería constituirse una Comunidad de Hijos o de Hijas Ordenados.
¡Hijos de la Madre, expandid a Cafh fortaleciendo día a día en vuestras almas el sentido de los Votos!
El Voto es el Sello en el alma de lo Divino Desconocido, del Ser frente al misterio de la Eternidad; es Dios en el alma del Hijo.
El Voto hace a los Hijos participantes de la Divinidad.
El Voto es el sello imborrable, confirmación sobre la tierra de la ley Universal de la Renuncia, forjador de hombres conocedores de su sentir y dueños de sus conocimientos.
El Voto hace a los Hijos, Hijo, unidad esencial.
Hijo porque los Hijos en los Votos se unen substancialmente a la Divina Madre y el Mensaje de la Renuncia se expande a todo el Universo y es simplemente Renuncia.
En la Unión Substancial no hay Hijos sino el Hijo como Divino Prototipo, el Hijo dentro del Cuerpo Místico de Cafh.
Sólo hay un cuerpo místico, el de la Integridad de la Gran Obra. Sólo hay una expresión del Hijo en el mundo, el Poder de la Gran Corriente, y sólo hay un Divino Prototipo: el Hijo en la Unión Substancial con la Divina Madre. Ni acá ni allá, ni con esto o con aquello, no ellos o yo, sino Beatitud. Y es en la fracción de fracciones del instante que se logra la Beatitud.
No puede entonces haber dos, ni muerte, ni decadencia, ni vejez, ni cambio, ni modos, sino sólo Beatitud.
¡Hijos de la Madre, haced que Cafh se expanda sobre toda la tierra, en todo el Universo!