Curso VI - Enseñanza 15: La Verdad Espiritual - 1961

¡Hijos de Cafh, la vida espiritual es la verdad; haced de la vida espiritual una verdad!
Los signos son signos, la tradición es tradición, los empirismos son empirismos, las posibilidades son posibilidades; pero sólo un conocimiento esencial, determinado, formal y evidente es una verdad.
¡Hijos de Cafh, haced de vuestra Vida Espiritual una verdad! ¡Haced de los postulados espirituales algo verdadero, algo vivo, algo evidente!
Diferencien los Hijos, ante todo, los conocimientos divinos de los conocimientos metafísicos.
Los conocimientos divinos son resultado de la iluminación intuitiva, de la exaltación mística, de la sublimación estática; son también resultado de la especulación intelectual, del estudio de los textos y de las tradiciones; pero siempre al partir del estudio o la sublimación de un conocimiento posible o contingente de una verdad supuesta, nunca es una verdad evidente. No hay verdad evidente sin conocimiento esencial del sujeto. La única verdad evidente de lo divino es el silencio insondable, lo desconocido, el misterio.
Los conocimientos metafísicos son posibles o evidentes. Los Hijos de Cafh proclamen sobre todo los conocimientos metafísicos evidenciados o en vías de serlo. El conocimiento que más se arraiga en las almas nuevas es siempre el concreto evidente que se inclina hacia el acto determinante por la prueba experimental. Sea siempre ésta la característica de la Enseñanza de Cafh: un conocimiento ha de ser formado y demostrado y una infinidad de conocimientos metafísicos están en condiciones de ser evidenciados.
¡Hijos de Cafh, haced de la Vida Espiritual una verdad!
Muchos sistemas animistas, cierto con muy buena intención y voluntad, mezclan las enseñanzas sobrenaturales con las divinas confundiendo a las almas ansiosas de distinguir lo posible de lo verdadero o presentan especulaciones intelectuales o concepciones teológicas como verdades evidentes, cegando momentáneamente a las almas para luego dejarlas en la duda y el desengaño.
Otros presentan fenómenos físicos o psíquicos como sobrenaturales y son prontamente refutados por la psicología profunda o la bioquímica cerebral que modifica los trastornos psicomentales con medicamentos apropiados.
Todo esto aleja a las almas de la búsqueda de la verdad y las demora en el Sendero de su Liberación Interior.
¡Hijos de Cafh, la Vida Espiritual es la Verdad!
Dad, sobre todo, a las almas la Doctrina con una Enseñanza clara, precisa, demostrable.
La Enseñanza sea clara, esencial, eliminando el papelerío, las demasiadas metáforas y la cultura dispersa. Ante el volumen del saber humano, metafísico y espiritual y que ningún individuo puede poseer por sí, organizad un sistema breve, conciso, automático de información que irán elaborando los enseñantes de Cafh hasta que pueda ser suplantado por cerebros científicos electrónicos.
La Enseñanza sea precisa, con un lenguaje apropiado y términos ya consagrados y aplicados. El lenguaje es el alma de los hechos y no se lo puede hacer con palabras confusas y mal aplicadas. Es necesario distinguir bien los estados físicos de los sobrenaturales y éstos de los espirituales. Cada estado o concepto ha de tener su palabra definitiva y si no se conoce hay que crearla; es necesario un nuevo lenguaje doctrinario, una verdadera filosofía de la palabra.
La Enseñanza sea demostrable; todo lo que enseñáis a las almas debe ser evidenciado o debe se expuesto a título de información o de posibilidad. Sólo la verdad llega a las almas, o la posible verdad cuando se presenta como tal.
Enseñad que la cultura espiritual no desentiende al hombre de la cultura general, ya que forma parte de la misma. Claro, la cultura bien cimentada y formadora de hombres y no la profesionalista.
¡Hijos de Cafh, dad la verdad!
Con la verdad las corrientes psicosomáticas, psicomentales y espirituales del Hijo serán transformadas y los diversos estados de conciencia serán superados y sublimados acercando al alma al misterio divino.
¡Hijos de Cafh, dad la Verdad!
No desdeñéis de dar a las almas las ciencias sociales ya que el Mensaje de la Renuncia es la ciencia social por excelencia, y es la única corriente espiritual que puede dar Cuerpo Místico a las nuevas corrientes de la Humanidad. Y sobre todo, es la Renuncia la ley misteriosa que adentra al alma en los misterios divinos.
¡Hijos de Cafh, la Vida Espiritual es la verdad!

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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