Curso III - Enseñanza 9: Los Estados Sensibles Espirituales

Se denomina estados sensibles espirituales a los estados de meditación o contemplación caracterizados por una vivencia emocional intensa, aunque de un orden elevado y espiritual.
Los estados emotivos corrientes en la meditación son activos, de intensos movimientos sensibles. En los estados sensibles espirituales la emotividad es cada vez más pasiva y tiende a la inmovilidad afectiva.
Se puede decir que los estados sensibles espirituales comienzan en la oración de quietud. El alma, al hacerse más pasiva, consigue mayor profundidad en la vivencia emotiva; pero una profundidad estática que casi no alcanza a mover las aguas de la emotividad ordinaria.
Por ese motivo en esta oración sólo se desea quedarse allí, aparentemente inactivo. Es una paz indefinida, casi insensible.
La emotividad corriente no está habituada a la vibración intensa de los estados espirituales y es como si no sintiera nada.
Los estados sensibles son hermosos como experiencia, pero afectan sólo un aspecto del individuo; no son totales. Son consecuencia de los estados de oración, pero no son oración plena.
La verdadera oración absorbe a todo el ser, fundiendo su cuerpo, su mente y su corazón, en una unidad toda espiritual y sobrenatural.
Muchas veces las almas ansían la contemplación por los estados sensibles que logran en ella, y no por una oración de renuncia y una aspiración toda divina.
La etapa purgativa generalmente se prolonga más de lo que se cree y perdura mientras no se ha purificado la emotividad a través de la renuncia sensible.
Purificar la sensibilidad no es sólo transmutar la emotividad más grosera, sino sublimarla espiritualmente por la renuncia a lo sensible. Es más que renunciar a los consuelos y satisfacciones; es salir del mundo de las sustituciones y trasposiciones afectivas.
Este es un pan apto para pocos, porque cuando se habla de renunciar a las trasposiciones afectivas, fácilmente se destruye el impulso necesario para la sublimación. Al quitar el estímulo se detiene el ímpetu y las almas débiles se paralizan y caen.
Es, verdaderamente, “quitar a la casa su sostén”.
Algunos creen que, como no son afectivos, no necesitan o han alcanzado la renuncia sensible, simplemente porque en nada hallan estímulo. Sin embargo, esa falta de estímulos sensibles los lleva con frecuencia a estados dolorosos y depresivos. Si en realidad hubieran renunciado, no se darían cuenta que no tienen estímulos o que nada los atrae especialmente.
La trasposición de afectos no sólo es necesaria, sino imprescindible. La renuncia sensible no es abandonar la ascética, sino no hacer de ella una sucesión de bienes a alcanzar, sino de estados por pasar. La ascética, como la oración, debe llegar a ser impersonal.
Lo que ocurre es que los estados sensibles son el estado de conciencia habitual del individuo y no le resulta fácil prescindir de ellos; es como vivir suspendido en el vacío. La vida era una sucesión de sentires y sin ellos no se es.
La esperanza de alcanzar lo que se anhela es el sostén único de la existencia. No se debe destruir nunca esa esperanza, pero hay que eliminar paulatinamente, y con mucho cuidado la esperanza sensible.
Nunca lo que se espera es lo que se espera. Los estados sensibles son hermosos, pero deben pasar.
Los estados sensibles superficiales no pueden durar mucho tiempo porque son un gran gasto de energía y alternan con períodos de insensibilidad que suelen hacer sufrir mucho a los principiantes, que creen haber perdido su bien interior. Más adelante, sin embargo, suele haber períodos de gran aridez que pueden prolongarse mucho tiempo. Es el momento de la gran purificación.
Sólo una fuerza más poderosa que los fuertes movimientos afectivos pueden llevar al alma a la estabilidad interior.
Sólo la aridez vence a la sensibilidad.
La aridez es la mano de la Divina Madre puesta sobre el alma llamada a la perfección.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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