Curso III - Enseñanza 16: La Idea de la Renuncia

La misión más alta es mantener intacta y pura la Idea de la Renuncia, vivirla y plasmarla en la vida a través de su realización total.
Todo lo que Cafh tiene, hace o predica, no tiene otro sentido que el de confirmar y plasmar la Renuncia en la Humanidad.
Todos los movimientos, aún los más espirituales, tienen su existencia fijada en el tiempo: nacen y deben morir. Lo único que no nace, lo único eterno es la Idea que se transmite a través de los movimientos contingentes.
Por eso hay que ser la Idea y no el movimiento contingente. No se debe pensar nunca en Cafh en términos de dualidad, sino de vida.
Es como ver que las almas no dispuestas más que a algunas renuncias resisten la Idea de la Renuncia, no porque no sean capaces de intuirla, sino porque su aceptación implicaría su necesidad.
La falta de comprensión de la Renuncia nunca es falta de comprensión, sino falta de Renuncia.
Sólo se puede ser la Idea de la Renuncia cuando la Renuncia en la Obra es total. Cuando lo que se hace, dice y piensa en la Obra no significa otra cosa que lo que significa ser. Cuando lo que se hace como Obra es tan espontáneo como ser, recién existe el desprendimiento de la Obra.
Cuando nada se constituye en actividad específica, cuando todo fluye como fluye la vida, cuando todo es simple, cuando ya no hay dos, cuando ya no se piensa en lo que se hace sino se actúa, se es la Idea de Renuncia.
Cuando no se deja de Ser lo que se Es, aún cuando se siga siendo y actuando personalmente; cuando los objetivos no son tales sino estadios naturales de la vida como la niñez, el crecimiento y la muerte, se es la Idea de la Renuncia.
Cuando en el conocimiento de las cosas y de la vida no interviene otra cosa que la capacidad de contemplación objetiva; cuando la Vida Espiritual de Cafh, sus obras exteriores, el estado actual y futuro de la Humanidad y la misión individual dentro de la misma, existen en la misma forma como uno existe, se es la Idea de la Renuncia.
Cuando aún así se considera lo contingente, se lo sabe usar y se conocen sus leyes, se plasma la Idea de la Renuncia en una realidad viva de la Renuncia, el amor y la entrega del alma a la Idea de la Renuncia.
Así como la experiencia potencial siempre forja un porvenir de felicidad, la experiencia práctica es un estorbo en el camino del adelanto.
Sucede que hay almas que practicaron todas las reglas de la Meditación, de la Concentración y de la Contemplación, recibiendo inmensos beneficios y bebiendo a grandes sorbos el Éxtasis del Divino Amor. Pero, la predisposición reglamentaria que las llevó a la Unión se transformó en hábito y, a veces, es una causa de atraso, es una muralla impenetrable que les impide pasar al conocimiento total de la mística y establecerse en un punto definitivo de la Unión permanente.
El alma verdaderamente sabia es libre siempre; toma y da, usa y tira, haciéndolo hasta con las reglas más grandes de la vida interior.
Lo difícil de determinar es el momento oportuno en el cual es el instante en que los medios utilizados pueden ser repuestos por el esfuerzo propio de la voluntad-conciencia.
Al océano de la vida hay que entrar desnudo del todo; nadie llegará a penetrar en el Sancta Sanctorum sin antes haber desechado lo que le ha servido para la experiencia, incluso las más sagradas y solemnes.
Todo, absolutamente todo, hasta el Maestro más perfecto es sólo un compañero de viaje en la senda Mística, al que hay que abandonar cuando la luz que alumbra se transforma en impedimento que obstaculiza la otra Luz que ha surgido detrás de Él: La Luz Eterna.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

Relacionado