Curso II - Enseñanza 12: Los Defectos Físicos

Todas las expresiones de dolor enumeradas hasta ahora y enaltecidas por el Sacrificio de aspecto tan sutil, sea en su manifestación interna, sea en la externa, nada quitan a la consideración de los sufrimientos y de los sacrificios más groseros y materiales.
¿Quién podrá negar el sacrificio continuo de aquel ser que la Ley de Consecuencias condena desde el nacimiento a un defecto físico? ¿Cuántos, desesperados por la terrible idea de que nunca serán físicamente semejantes a los demás hombres, llegaron al odio más enconado, a la más acentuada malicia en contra de todos? Y, sin embargo, ellos no saben que las sabias leyes Divinas nada quitan por una parte sin compensar por otra.
Recuerden los discípulos cuánto bien pueden hacer a estos pobres desdichados; enséñenseles a soportar con noble Sacrificio su dolor; enséñenseles también que si les falta o es deficiente un órgano de su cuerpo, seguramente tendrán otro que, bien cultivado, puede darles gran satisfacción y éxito y que esto sólo lo lograrán transmutando sus inútiles ímpetus malos en otros buenos.
Dichosa sordera de Beethoven que le hizo percibir melodías de otro mundo, tan espirituales, que bien podría llamársele el músico de la Sabiduría. Dichosa la parálisis de Roosevelt que desarrolló tan potentemente sus fuerzas mentales. Dichosa la postración paralítica de Teresa Neuman que desenvolvió tan grandemente sus poderes psíquicos.
Una monjita, ciega de nacimiento, resignada y tranquila, se había dedicado exclusivamente a la contemplación de Dios; y Dios la recompensó abriendo su vista astral, mostrándole visiones sublimes. Un atardecer estaba sentada a la puerta y Santa Brígida a su lado, contemplaba la puesta del sol; tan maravilloso era el espectáculo y tanta fue la compasión que sintió por la pobre ciega, que rogó profundamente para que le fuera dada la vista a efectos de que pudiera ver al astro rey en todo el esplendor de su púrpura. La ciega obtuvo la vista y admiró el paisaje, pero después pidió así: “Agradezco a Dios y a ti Madre esta gracia, pero lo que veo no es comparable a lo que estaba acostumbrada a ver; si es voluntad de Dios prefiero estar como antes y disfrutar de la visión que antes tenía”. Y enseguida volvieron a hacerse las tinieblas exteriores para ella para que pudiera gozar de la luz interior.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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