Curso IX - Enseñanza 10: La Renuncia como Mística Interior

Cafh, que es maestra de verdad, nos ha dado la definición de un modo absoluto, con una sola palabra al problema siempre existente de todos los místicos: qué es la Unión Divina y si se puede lograr la Unión Divina.
Para que participen los Hijos a la Unión Substancial con la Divina Madre, con esta palabra está todo definido. El hombre no logrará en esta tierra la Unión Divina permanente, sino sólo la Unión Substancial. Si lograra la Unión Divina el hombre desaparecería. No quedaría en él ningún compuesto mental, ningún átomo de él; tendría que desintegrarse como la bomba atómica. Sólo quedaría su cuerpo espiritual. Unión Divina es permanente, eterna. No se puede volver atrás. No hay ningún gran ser sobre la tierra que pueda haber vivido después de haber logrado la Unión Divina.
Tomemos el ejemplo de Plotino. Según propia expresión dice haber logrado dos veces la Unión Divina. Pero si vuelve a lograr una Unión es porque son Uniones parciales. Si hubiera sido alguna de ellas total, Plotino no habría podido vivir, no hubiera podido decir que tuvo dos.
El ser puede lograr a través de una práctica ascética sólo una Unión Substancial, sólo Substancial. Los Hijos Superiores de Cafh no saben qué es la Unión Substancial. Esta es la mística verdadera de Cafh.
Cómo lograr esta citada Divina acción, aunque no será nunca enteramente divina.
Las almas que se esfuerzan en la práctica de las virtudes, que toman un camino ascético y se desapegan de todo, logran una unión individual.
La unión que logran estos grandes seres del mundo es como si tomaran la llama de su alma y la acercaran a la gran llama divina, pero no se funden en ella. Para ello sería necesario desprenderse de su unión propia.
Ningún ser individualmente logra la Unión Divina.
Dicen los hindúes en el Satachakra Nirupana “La casa sin sostén es la casa de Dios”. El yogui cuando llega necesita estar sin sostén de ninguna clase sobre la tierra, pero no lo logra por su sostén individual.
La unión individual no puede entonces ser Unión Divina, pues al decir individual, decimos sostén, es decir, todavía un compuesto. Esto son palabras.
Aún los seres que tienen la Unión Parcial, no logran despojarse de los elementos individuales. Se reconocen al hablar, dicen: de mi alma, de mi conciencia, de mi ser, pues sólo son conceptos.
Esto nos quiere llevar en la mística de Cafh, a una mística que sea unión individual con Dios y transmutarse por reversibilidad pasiva, a través de los votos de una unión consubstancial, y queda sólo en nosotros el hilo invisible que está permanentemente unido a lo cósmico.
Sólo puede ser consubstancial a través de un estado de muerte mística con la Divina Madre.
La Unión Divina lograda por un ser humano que está sobre la tierra es muy quimérica.
La unión de vida puede ser lograda y tiene expresión exterior.
Concretémonos a la experiencia de Cafh, a nuestros medios, a nuestros métodos.
No se puede llegar a la Unión Divina aún parcial, si no hay una muerte parcial. Debo eliminar el cuerpo físico y me llevará esta muerte a una Unión Anímica si quiero llegar a una Unión total en la Divinidad.
Los Hijos de Cafh tienden hacia esta Divina Unión anímica.
Si hemos de llegar por los medios de Cafh a la Unión Divina anímica debemos morir. Nuestro voto de renuncia es morir, pero la divina eliminación.
Esta divina disposición de morir será una negación de la Unión Divina si fuera lograda de golpe. Un buen catador de vino frente a un vaso del mismo lo saborea poco a poco, pero un individuo ansioso de beber lo tomará de golpe.
En las Comunidades los Hijos Ordenados tienen la frase de: no ganar nada; no poseer nada; no ser nada. Analicemos estas últimas palabras. Que es “ser nada”, sino infiltrar en la mente de los seres el perfecto ateísmo. En cambio la negación de ser nada, el “no ser nada”, es infiltrar en la mente del hombre una aniquilación progresiva. Es decir, que con un medio material logramos un medio divino. Esa es la verdadera explicación divina de este absurdo “No ser nada”.
Decir “ser nada” es una mentira divina, es el ateísmo. El ser humano sólo puede saber que no es nada, pero en forma expansiva, poco a poco, a través de una reversibilidad.
La Divina Madre divinamente dispone que el alma se dé paulatinamente y pasivamente.
Los Hijos de Cafh por esta renuncia continuada logran la Unión parcial con la Divina Madre.
Pero Divina Madre y no Dios ¿qué quiere decir allí?
Se explica que la Unión con Dios es imposible; sólo en la tierra es posible la Unión con la Divina Madre, que está dentro del círculo cósmico al que el hombre pertenece.
La unión con la Divina Madre significa la unión con el alma mística, con todas las almas que han logrado esta unión y que no la trascienden, sino que vuelven a la Humanidad por el dolor participante de su alma, por todas aquellas que desde el mundo no pueden llegar. Los santos que expresan su Unión Divina, no hacen otra cosa que su Unión con aquellas almas que ya han tenido esta gracia.
La unión parcial es un espejismo. Todas las almas, aún las Divinas Encarnaciones, están unidas allí místicamente, esperando las sucesivas uniones de las almas potencialmente posibles de llegar a tal unión. En esta unión es como si el alma se colocara en un crisol de fuego. Se purifica a través de este fuego, del amor a la Humanidad, de no trascender, sino formar un alma mística de agregación que llamamos la Divina Madre.
El alma divina sumida en la Unión Substancial y Divina, hará que esta Unión Divina y Substancial sea reconocida por ella. Es sólo una superación que quita la inmensidad de la potencialidad de disolverse.
Por la reversibilidad penetra en todo dolor, en las miserias de todas las almas que no han llegado a la Unión Divina.
Es un instante en tiempo y en espacio de esa excitación, es la Unión parcial que podemos lograr.
Recién, con estos conceptos, nos damos cuenta del dolor que anima a la Divina Encarnación, que no son las llagas y dolores físicos de los hombres, sino el dolor anímico de no poder reintegrarse al seno divino.
La Unión no puede ser ni feliz ni perfecta por este gran dolor.
Volvemos por ello a la Tierra, volvemos a nuestro estado físico, pero queda en nosotros ese sentido de responsabilidad pasiva. Estamos unidos por un hilo a la Divina Unión permanentemente, pero físicamente viviendo el dolor de los que no llegan.
Se puede hacer permanentemente activa, por esta corredención nuestra, por esta participación con el dolor de la Humanidad que no se ha salvado.
Esta idea de reversibilidad pasiva involucra la participación hasta la hora de la muerte, con la Unión Substancial con la Divina Madre.
Se participa en el divino dolor de ayuda a la Humanidad, con un estado permanente de indescriptible tristeza feliz.
Nuestra mística es entonces mística de muerte, es la mística de cenizas.
Logramos la Unión Substancial con la Divina Madre a través de la renuncia de nuestra vida, por la práctica de los votos.
También debemos hablar de los medios prácticos que nos conducen a esta Unión Substancial. Es la participación al Cuerpo Místico, por el solo hecho de tener el voto de renuncia para llegar a esta Unión Divina.
Por la participación de ese conjunto anímico al cumplimiento fiel y obediente, respetuosamente se logra la participación, aunque no lo quiera. La misma disconformidad de muchos momentos de la vida del Hijo le concede la participación divina, ya que es el tormento -supertormento- de tener la Unión y no querer. Es el llamado de unión del Hijo que no quiere ofrendarse por la renuncia.
Veamos la Unión Substancial con los Hijos y los Superiores en especial.
Nuestra Unión Substancial con la Divina Madre participa astralmente con todos los seres que han trascendido.
Cafh que no tiene nada de las grandezas humanas, tiene por ello la grandeza de lo sobrenatural. Nada es en su Humanidad para convivir en ella por su identificación divina.
Los hombres del mundo que tienen capacidad son sabios y, sin embargo, nos celan, nos odian, nos quieren destruir. Todo por esta potencia sobrenatural. Ellos devienen, en su conciencia, a ser poderosos demonios.
La Divina Madre reclama para la Unión Divina a sus Hijos, sobre todo el cumplimiento de sus votos.
Tenemos asistencia divina a causa de esa participación con la Unión Substancial. De aquí la potencia de los actos de los Hijos y el éxito de realización de los mismos.
Nuestra alma al morir poco a poco pierde su individualidad, y entra en otra individualidad superior atada a la divina Unión Substancial.
Se ve este proceso en especial en el Caballero Gran Maestre y luego en los Caballeros Superiores. En nuestro Caballero Gran Maestre ha entrado una fuerza distinta de su yo individual que paulatinamente lo desarraiga anulando toda su individualidad de Santiago. Esto pasa en distintos planos ya con los Caballeros Maestres.
En Cafh, por esta Unión Substancial, ya nadie muere. El Caballero Gran Maestre, luego de sus experiencias sobre la Tierra, no volverá a reencarnar físicamente, pero su reencarnación anímica hará que toda su fuerza de realización se deposite en otro Hijo, quizás su sucesor sobre la Tierra. Así notamos que morimos paulatinamente, para vivir permanentemente.
Nuestra responsabilidad, por ello, se ha centuplicado. Antes era posible corregir a un alma individual por el pequeño castigo físico que moviera su arrepentimiento; ya hoy esto es imposible; la potencia de Cafh exige al Caballero Gran Maestre volcarse únicamente en el Mensaje Universal, que el mundo de las almas anhelantes y con posibilidades de unión esperan para salvarse.
Ya nadie tiene derecho a la ayuda individual, si no es por la participación de esa Unión Substancial en el logro individual y colectivo de la salvación en el último ciclo de vida, que permitirá ser superhombres y no quedar rezagados en una mónada de seres que al no trascender, serán el elemento retardante de sus posibilidades anímicas por toda una raza, o manvantara.
Cuando vayamos muriendo sólo habrá una sola entidad.
El que participó de la Unión Substancial con la Divina Madre siempre expresa en su estado de ánimo, bueno o malo, que es divino y sobrenatural, transmitiendo una fuerza que no es propia de los seres humanos.
Estamos en el gran ciclo. Los que vendrán con nosotros serán salvos. Si no saltan ahora quedarán encerrados para un nuevo ciclo. Nuestra labor se hace activa permanentemente.
La Unión Substancial de los Hijos es permanente, especialmente aquellos que han hecho voto de renuncia: nuestros Superiores.
El gran poder de los Hijos es disipar las tinieblas. Es el tener el don divino de enseñar, ese enseñar que no proviene de libros, sino que es ya el que deriva de esta Unión Substancial con la Divina Madre. Enseñar es en Cafh poder divino.
El tercer poder que emana esta Unión Substancial en los Hijos es el de la clarividencia interior, que capacita a los Superiores para la dirección de las almas. Es éste un estado tan grande y permanente en los Hijos Superiores que no se dan cuenta de la divinidad que poseen. De esto está lleno de pruebas fehacientes los informes semanales de Tabla.
Dichosa muerte la de nuestros votos que dan tanta vida.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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