El Escenario para el Redentor
1) El Mundo del Tercer Milenio
En los comentarios anteriores hemos presentado a los dos protagonistas centrales de esta maravillosa aventura espiritual: el Maestro Santiago Bovisio y el Redentor Maitreya.
Del Maestro Santiago, aparte de la transcripción de todas sus Enseñanzas escritas, que forman el cuerpo de esta obra editorial en Internet, hemos comentado las circunstancias y las relaciones de unas con otras, para colaborar en la comprensión de las mismas. Las Enseñanzas son del siglo pasado, y desde la muerte de su autor en 1962 han pasado casi 40 años; mucho tiempo para esta época vertiginosa.
Del Redentor hemos reunido todas las referencias que aparecen dispersas en las Enseñanzas, unas en forma concreta, otras ocasionalmente, de manera que el lector tiene organizada y reunida la temática directa del Maitreya. Además, hemos comentado diversos temas relacionados directamente con su aparición: lugares, mensajes, discípulos, asuntos que aparecen en las Enseñanzas y en otras partes alejadas de otras épocas.
El objetivo central de este grupo de comentarios es actualizar el material doctrinario a nuestro tiempo. Los escritos de Santiago Bovisio son del siglo pasado, cuando todavía regía plenamente la anterior subraza, en otros escenarios ideológicos y culturales, diferentes a los actuales. Del Maitreya no se puede decir nada de esa época, salvo las profecías, porque todavía no había aparecido. Nuestro trabajo en esta ocasión es dibujar el escenario de la realidad viviente, dispersa, oscura, contradictoria, peligrosa, en una forma clara y comprensible, y ubicar a nuestros dos héroes actuando en el destino de los hombres: uno como Profeta y Precursor; el otro como Redentor de la Humanidad promoviendo el cambio de la Raza.
2) La Época
La época histórica que desarrolló las ideas que gobiernan los temas de nuestros comentarios es la inmediatamente anterior a nuestro tiempo: siglos XIX y XX. Estos doscientos años que se inician con una ruptura total de las tradiciones medioevales producida por la Revolución Francesa y la industrialización, manifestó una unidad cultural y política notable, destacándose la ocupación y explotación de todas las regiones del Planeta, terrestre, marítima y espacial, los viajes, las comunicaciones y las guerras, el desarrollo espectacular de las ciencias y la tecnología, la educación universal, la energía atómica, la modificación de las especies, la masificación de la sociedad, el derrumbe de las religiones, y otros temas de vital importancia. Indudablemente, fue un mundo nuevo y lo sigue siendo en gran medida.
Si una de las tareas de esos dos siglos fue el desenvolvimiento del racionalismo hasta sus más audaces consecuencias, independiente de la autoridad tradicional, lo ha logrado plenamente. La investigación y aplicación de los mecanismos de la actividad cerebral ya está en uso en las computadoras, aunque los usuarios no sepan ni entiendan esos mecanismos; simplemente los usan porque los han hecho fáciles hasta lo elemental para ponerlos en marcha. Los avances tecnológicos son espectaculares pero los hombres, interiormente, siguen viviendo en la Edad Media.
De igual manera, las demás conquistas de la ciencia manifiestan un desmesurado crecimiento en sólo un aspecto, generalmente vinculado con el poder del dinero, en detrimento del bienestar general, la armonía de los valores y la felicidad de las personas. El crecimiento espectacular de la riqueza de unas pocas naciones y personas es el fruto de la explotación de la mayoría sin poder. Una situación de esta naturaleza nunca se ha visto en la Historia en tal magnitud: miles de millones de seres humanos sin destino condenados a la extinción, a causa de unos pocos que disfrutan de un esplendor como nunca, tampoco, se había conocido.
El Maestro Santiago y el Redentor se presentan en este escenario inaudito pero real: una civilización repleta de conquistas y avances haciendo equilibrio junto al abismo de la destrucción, cada día más amenazante. ¿Cómo jugarán sus fuerzas espirituales que trascienden las dimensiones para salvar al hombre y llevarlo a la conciliación de los contrarios? Ésta es la audaz intención de nuestro trabajo; por una parte el legado inmortal de un Maestro de Sabiduría y sus Enseñanzas de la Renuncia, anunciando al Salvador del Mundo, que ya está aquí, pero permanece desconocido, y por otra parte el escenario sangriento de la civilización racional en sus postreros momentos.
3) Escenografía Conceptual
Para comprender el rol que juegan nuestros dos personajes que protagonizan las Enseñanzas y nuestros comentarios, necesitamos dibujar una escenografía de conceptos, informaciones, hechos históricos y sociales del tiempo en que el autor de las Enseñanzas se desenvolvía en un medio cultural concreto y definitorio: la Segunda Guerra Mundial. Como las fuerzas históricas que produjeron este fenómeno planetario se remontan hasta el siglo XIX, y se prolongan hasta nuestros días, necesitamos un escenario globalizador que lo comprenda todo. Haremos sólo un esbozo, un croquis de este espacio, lo indispensable para poder ubicar y dejar mover a los protagonistas. Ellos por sí mismos dirán lo que tienen que decir. Del Maestro Santiago tenemos el libreto completo pues lo escribió con su mano; pero debemos comprenderlo con el estudio. Del Maitreya es todo expectativa, y no sabemos cuándo conoceremos su palabra. En esta ecuación con una incógnita Divina, la meditación y el tiempo nos aproximarán al misterio del futuro de la raza humana.
Entonces proponemos armar la escenografía prometida utilizando los siguientes materiales:
- El poder del dinero.
- La destrucción atómica.
- Devastaciones ambientales.
- Desviaciones genéticas.
- Droga, sexo y epidemias.
- Supervivencia.
En la medida que el drama de cada día vaya modificando nuestras propuestas, agregaremos nuevos elementos de trabajo.
4) El Poder del Dinero
Hay una enseñanza en esta colección que puede servir de introducción preparatoria para el comentario que iniciamos sobre el poder del dinero: “Los Bienes de la Renuncia”, y es la décima del curso “El Camino de la Renuncia”. Considera las relaciones del Renunciamiento con el afán de posesiones, y recurre a numerosos ejemplos para explicar estos vínculos: los Evangelios, Gandhi, los judíos, la Iglesia Católica, y otros. Su postura en este asunto, como la de Jesús, es terminante. Y aunque esta Enseñanza estaba dirigida a discípulos con Votos de Renuncia, los conceptos y las relaciones vida-dinero que sostiene son válidas para todo el mundo.
El afán de posesiones es inherente a la baja naturaleza humana como una forma del instinto de conservación, de seguridad personal, de desconfianza frente a los otros. Se ha manifestado en todos los tiempos, provocando luchas y guerras entre los pueblos. Muchos creen que poseer brinda seguridad y bienestar, todo lo contrario de lo que afirman los santos: “Ganar es perder”, “Que no acumulen lo que tienen que repartir entre los pobres”.
Pero en los últimos dos siglos esta ansia de posesiones ha llegado a límites aberrantes y destructivos, por abuso de la acumulación de dinero. Con el incremento de las actividades lucrativas que se desarrollaron con la revolución industrial, la acumulación de capital para los grandes proyectos de producción (armamentos, comunicaciones, minería, nuevas ciudades, tráfico de drogas, etc.) el dinero se independizó de sus funciones primarias, y se transformó en un fin por sí mismo, en un poder autónomo. Se hizo intangible, virtual, omnipotente. Ese poder del dinero creó a su vez los instrumentos de presión para perpetuarse y aumentar, porque lo único que puede hacer es crecer y dominar. Esos instrumentos de dominación actualmente se llaman “globalización planetaria”.
En las Enseñanzas del Maestro Santiago sus afirmaciones son universales y valen para lo grande como para lo pequeño. Lo que afirma sobre el poder aplastante de las posesiones en las instituciones religiosas y el daño que producen, se aplica para cada individuo particular. Para el Maestro no hay dos leyes, una para los poderosos, ricos y dominantes, y otra para los desprotegidos. La ley espiritual es una sola y sus efectos, benéficos o perjudiciales, se aplican rigurosamente a los grandes y a los chicos. Igualmente, no hace diferencia entre laicos y sacerdotes, padres de familia y monjes, patrones y obreros. Esto no significa monotonía social ni igualdad económica para todos, como han pretendido algunas ideologías que ya no funcionan. La ley espiritual propicia el uso equitativo de la riqueza según la necesidad de cada uno, y no el exceso que siempre va en detrimento de otros. El Maestro defendía la idea del Gran Almacén Inca como el mejor instrumento social público para practicar la justicia social, y corregir las dificultades que por diversas causas se presentan continuamente en las naciones.
Las opresiones y las desigualdades sociales, tanto en los pueblos como en los individuos, son un resultado del ansia de poseer desmesuradamente con injusticia. Los problemas de la Humanidad se generan en el interior de las personas, y después se transfieren al exterior. Esforzarse en resolver los conflictos económicos por medio de la economía es estúpido, y nunca produce resultados positivos; tal vez con suerte se alcance una transferencia hacia otros sectores. Y así se repiten los ciclos de promesas y desilusiones. Los problemas económicos no los resuelve el político ni en Ministro de Economía, sino el educador, un maestro capaz de desarraigar el afán de posesiones. Como el Maestro Santiago y sus Enseñanzas, como el Maitreya que impulsará a los hombres hacia los nuevos caminos de la Renuncia.
En el escenario del mundo habría que imaginar esas columnas y perfiles estadísticos que dibujan los economistas, en gran escala, como si fueran los edificios de Nueva York, con los anuncios en el cielo sobre la actualidad: China crece a un promedio de 10 %; la Bolsa cayó en todas partes; la mitad del mundo vive en estado de pobreza; el asalto del siglo a un banco; la lista de los hombres más ricos del Planeta; etcétera. Y caminando por las calles, silencioso, solitario, el Redentor del Mundo pensando y construyendo su Mensaje de Salvación.
Pero el Maitreya no ha venido para corregir los defectos de la economía mundial, fruto de la codicia y el egoísmo del hombre viejo; ha venido a cambiar la raza humana dándole otros objetivos y otros horizontes. Todas esas calamidades de un poder desaforado del dinero ya están sentenciadas a la desaparición, junto con las sociedades y los mercaderes que las produjeron. ¿Se puede hacer algo positivo con el actual estado psíquico de los hombres embrutecidos por la locura del dinero? Esta mentalidad que inunda todos los estamentos sociales, desde el poderoso hombre de negocios hasta el vendedor callejero, no tiene corrección, salvo la muerte.
Repetimos, están condenados por sus propias acciones; seguirán fatalmente los impulsos de su karma, como ya está ocurriendo, hasta el final.
En la Guerra de los 1500 años entre los Atlantes y los Arios, poco pudieron hacer los cientos de Iniciados del Fuego que encarnaron para ayudar a los Arios; el inmenso poder psíquico de los Atlantes y sus armas letales animadas por poder magnético, no podían ser modificadas con palabras ni buenas intenciones; sólo cuando se produjo un cambio substancial en el magnetismo terrestre, los Atlantes fueron derribados y aniquilados. Y se empezó de nuevo con hombres que eran páginas en blanco. (Más adelante, cuando toquemos el tema de la destrucción atómica volveremos a los Atlantes). En las actuales condiciones de la civilización planetaria, con sus gigantescas obras de todo tipo, todas colgando de un único factor, el poder del dinero, y ese poder enquistado en el cerebro de cada uno de los habitantes del planeta, las posibilidades de una reforma pacífica son remotas. El mundo del dinero absolutista terminará quemado en sus propias e irreprimibles contradicciones.
En este escenario están las Enseñanzas; pero no se ocupan del dinero, sino de los enfermos morales por el ansia de posesión. El karma que genera esta ansiedad es universal porque todos participan de sus efectos, buenos o malos; para liberarse de estas consecuencias hay que actuar individualmente en el desapego interior de las posesiones. En la interioridad del alma hay que aplicar las Enseñanzas de la Renuncia. Van a la raíz del mal, a la causa original de los problemas, y sanan definitivamente si el enfermo quiere sanarse de verdad. El remedio es renunciar a tener más de lo que naturalmente necesita.
Éstas y las demás Enseñanzas no constituyen programas de acción colectivas, sino un esclarecimiento de la conciencia individual; ni siquiera piden que se pongan en práctica; están para ser estudiadas y meditadas, y luego, cada uno decide por sí mismo. No se ocupan de los sistemas de la sociedad, ni se definen por ningún bando; simplemente iluminan las cosas a la luz de la Ley de la Renuncia. Las acciones nacen de la voluntad de cada uno libremente.
5) La Destrucción Atómica
Una de las visiones más impactantes del Maestro Bovisio es la que profetiza el destino de las dos superpotencias, Estados Unidos y Rusia. Está en la Enseñanza “La Renuncia Permanente”, del libro “El Camino de la Renuncia”. Dice: “Recuerden los Hijos la visión del león y el oso. Sobre una meseta, al borde de un abismo, una gran leona estaba frente a un oso de tamaño enorme, y con artes femeninas (diplomacia) procuraba atraerlo. Cuando ya lo tenía casi ganado procuró herirlo en el cuello, y al no lograrlo, intentó hacerlo en el vientre. El oso, al sentirse rozar se dio cuenta, y con sus potentes garras destruyó el pescuezo de la leona; pero fue tanta la violencia del golpe, que ambos cayeron al profundo abismo; las dos grandes potencias serán destruidas. Pero una parte del mundo se salvará”.
La Subraza Ario Teutónica se inició hace 25.000 años con la guerra de los 1.500 años, en la cual fueron destruidos completamente los últimos Atlantes. Ahora finaliza su ciclo con una guerra atómica que según el Maestro Santiago durará 30 minutos, el tiempo necesario para que los misiles lleguen a destino.
Vamos a considerar ahora en este comentario el tema de la destrucción, según los conceptos expresados en muchas Enseñanzas y como aclaración de las mismas, y el papel del Redentor en la salvación de la Humanidad.
Durante el medio siglo de confrontación rusa norteamericana, con todas sus peripecias, la filosofía atómica fue la disuasión; para ello, desplegaron al absurdo la estrategia del Over Kill, la súper muerte. En el informe del doble premio Nobel, Linus Pauling, de 1964, publicado por la UNESCO, estima que el potencial atómico era de 320.000 megatones, lo suficiente para destruir varias veces a la humanidad. Con el tiempo, y la aplicación de tratados de reducción de misiles, la cantidad ha bajado, pero en contrapartida otras naciones, como China, se ha sumado al siniestro club. La disolución de la Unión Soviética hizo pensar a muchos que Rusia estaba en decadencia militar. Nada más alejado de la realidad; su poder es mayor que nunca, y está preparado y modernizado. Incluso, aunque ya no se habla de disuasión, con la puesta en marcha de los nuevos programas de defensa norteamericanos, Rusia ha endurecido su concepto de disuasión y lo ha declarado públicamente: “Si Rusia es atacada la respuesta será instantánea y total: un único ataque con todo el potencial”. (Putin a los periodistas norteamericanos en la Biblioteca del Kremlin, después de la reunión con Bush en Eslovenia).
Frente a estas horribles premoniciones, la primera pregunta que surge en nuestra conciencia es: ¿Por qué tanta destrucción? Y la respuesta obligada es: No se puede construir nada bienhechor sobre las formas corruptas de la vieja civilización que se está descomponiendo masivamente. Obsérvense los grandes fenómenos sociales que están aniquilando a los pueblos de todo el planeta, el sida, la devastación ecológica, la pobreza extrema, las drogas, las deformaciones sexuales, etc. Y se comprenderá que una guerra de holocausto es el fin inexorable de la destrucción existente. Así como el poder atómico, desde sus comienzos se presentó como una fuerza independiente que sólo sigue su lógica interna, así la devastación de la civilización sigue su propia lógica de derrumbe final como un organismo que cumplió su ciclo y termina. ¿Es una fatalidad absoluta? No; son muchas las señales que indican las Enseñanzas para que trabajemos junto al Maitreya y colaboremos en las tareas de redención para que la destrucción no sea tan grande y muchos puedan salvarse.
El lector debe tener bien presente que las tareas y los instrumentos que un Maestro Espiritual pone en manos de los hombres son siempre interiores, del alma, y no operativos externos. La amenaza de la destrucción atómica no va a ser superada por Ángeles Celestiales armados de trompetas y espadas flamígeras como aparecen en los mitos antiguos. No; los hombres, si quieren salvarse tienen que renunciar a sus apegos materiales como siempre han enseñado los Salvadores. Dice el Maestro Santiago en las primeras líneas de “El Camino de la Renuncia”: “El renunciamiento es el Camino de Cafh, y no hay otro para la salvación del mundo. El renunciamiento es el único medio de salvación no sólo para los Hijos de Cafh, sino para toda la Humanidad”.
Hemos trascripto en nuestros comentarios sobre el Maitreya varias Enseñanzas y referencias de Santiago Bovisio sobre nuestra futura y probable relación con el Iniciado Solar, y las formas de participación con su obra redentora siendo compañeros, discípulos fieles junto a Él, desde ya, ahora que está vivo y trabajando, aunque no lo veamos. El más hermoso de estos instrumentos de acción real es el Himno al Maitreya (Comentarios, Capítulo 3), que escribió Bovisio especialmente para beneficio de los discípulos. También son de provecho los conceptos, las informaciones y el conocimiento de estos grandes seres que a lo largo de los siglos han ayudado a la Humanidad a superar sus graves problemas, como los de estos tiempos.
El Maestro Santiago afirma que la destrucción planetaria será muy grande e inevitable; pero que una parte de la humanidad se salvará. Estos náufragos de la catástrofe, como ha ocurrido siempre al comienzo de una nueva subraza, constituirán la base de la nueva civilización. Nuestra misión, como discípulos fieles del Maitreya y del Maestro Santiago, es tender puentes entre dos formas de vida que se separan más y más. Debemos salvar a la mayor cantidad de seres que podamos, especialmente los más jóvenes y los niños, porque ellos formarán las raíces del porvenir. Debemos enseñarles el Camino de la Renuncia. Debemos inculcarles el desapego a las cosas perecederas y corruptas. Debemos practicar con ellos la fraternidad humana. Debemos hacerles comprender que el bien de todos está por encima del interés personal. Que sientan, vean y experimenten que todo perece, y que lo único permanente es la fuerza del espíritu.
Varias y medulares son las disposiciones anímicas que ofrecen las Enseñanzas a lo largo de sus páginas para uso del hombre de buena voluntad que quiera practicarlas. Pero en el tema de la destrucción atómica la disposición clave es la no violencia. La destrucción profetizada no es sino el final y el resultado de la violencia de todos los días en todos los niveles, individual y colectivo, familiar y social, económico y educativo, en los juegos infantiles, en el trabajo, en los espectáculos, en las calles, en los hogares. Y la primera disposición ha de ser apartarse integralmente de la violencia. Repase el lector la Enseñanza “Valor y control personal” (Libro I, 9)y verá qué sencillo es ser no violento.
Todas las virtudes en el Camino de la Renuncia están enhebradas con un hilo de seda, como en el rosario, vinculadas y dependiendo unas de otras; el hilo de seda es la Renuncia. En las Enseñanzas del Maestro Santiago las virtudes espirituales están explicadas ampliamente, y todas son necesarias para ser corredentores junto al Maitreya. Pero en el terrible asunto de la destrucción atómica hemos querido hacer hincapié en la no violencia como punto inicial de la tarea que se puede practicar continuamente, porque la violencia está en todas partes. Sea entonces el Discípulo Fiel un abanderado visible y sonriente de la no violencia que el mundo está pidiendo angustiosamente.
6) Devastaciones Ambientales
Cuando Yuri Gagarin ascendió al espacio en 1962 y vio el amanecer que se había ganado porque iba más rápido que el sol, transmitió: “La Tierra es hermosa y azul”.
En las Enseñanzas el tema ecológico no está tratado en forma directa porque en esa época la destrucción del medio ambiente todavía no tenía el carácter grave y público que tiene ahora; no obstante, la vida armoniosa con el mundo que nos rodea, especialmente las especies vivientes, implica a cada una de las expresiones de los escritos. Muchos creen que el Camino de la Renuncia conduce al desierto, a un páramo desolado donde gobierna el rigor y el sacrificio, a una falta de alegría. Nada más equivocado; eso piensan los depredadores, los consumidores de placeres, los que destruyen para beneficio propio. Por el contrario, la Renuncia lleva a un jardín donde florecen mil flores conviviendo armoniosamente. La Renuncia es desapego a las cosas impuestas por una sociedad devorada por el lucro y el consumismo. La Renuncia es vivir armoniosamente con todos, porque la Tierra, sostén de la vida, contiene los espacios y las riquezas para que toda la Humanidad, sin exclusiones, pueda ser feliz para siempre.
La conservación ambiental está plenamente desarrollada con la misión del Maitreya, que es conciliación de los contrarios. Si el hombre de la anterior civilización se ha comportado como un conquistador, como un opresor de la Naturaleza, la nueva ley Acuariana será de armonización especialmente con la Naturaleza.
No sabemos ahora cómo será el mundo dentro de un siglo ni qué quedará de lo que conocemos. Los pronósticos científicos fijan para dentro de 25 años el colapso ecológico planetario. Tampoco podemos imaginar lo que quedará después de la destrucción nuclear, pero podemos prever que las mil ciudades más importantes del mundo serán mil Hiroshimas radioactivas, fosforescentes y muertas. Pero hay algo que podemos imaginar: lo que quede en pie será cuidado y protegido por los sobrevivientes como el mayor de los tesoros, y la más insignificante flor del campo será vista como una maravilla que los hombres deberán proteger.
En estos dioramas conceptuales de la civilización moderna que estamos construyendo frente al lector para que tome conciencia del lugar donde está parado, y por donde hacemos caminar imaginativamente al Maitreya, lo mismo que nosotros, los rascacielos de Nueva York, las favelas de Río de Janeiro, las poblaciones hambrientas de África Central, Chernobyl, las matanzas de Palestina, el dinero, el sida, y tantas otras escenas cotidianas, donde se juega el destino de la Humanidad, y nosotros podemos ayudar al Redentor. ¡Qué inmensa y difícil es su tarea! ¡Tenemos que ayudarlo! En el curso de estas Enseñanzas está desarrollado un programa de actividades de todo tipo, desde la oración hasta la acción directa en la sociedad. Todos podemos y debemos hacer algo constructivo. En las Enseñanzas el lector voluntarioso podrá encontrar la forma de participar y de encontrarle un sentido a la vida.
7) Desviaciones Genéticas
El cambio de subraza provoca modificaciones sustanciales en varios órdenes de la vida humana. Cada subraza dura un año sideral, aproximadamente 25.000 años, que es el tiempo de recorrer todos los signos del zodíaco, o doce subrazas de familia de 2.000 años cada una. Piscis se inició con Jesús y se terminó hace poco. Ahora empieza Acuario. Los Ario Teutónicos, que también concluyeron, desarrollaron ampliamente el poder de la razón. Prueba de ello son las conquistas de la ciencia y la tecnología.
Ahora se inicia un nuevo gran ciclo evolutivo con premoniciones guerreras similares a la lucha con los Atlantes, y con modificaciones imprevisibles en la psiquis humana. Una nueva manera de vivir necesita instrumentos mentales diferentes. El Maitreya es el Ser que fija los objetivos de la nueva humanidad. Poco y nada se puede decir de la misión del Gran Iniciado, pues permanece en el secreto de su silencio, y es posible que nunca lo declare en vida, sino que sus resultados se verán con el tiempo. El Maestro Santiago ha adelantado algunas ideas al respecto en sus Enseñanzas específicas; lo seguro es que las cosas serán diferentes a lo que conocemos.
Las ciencias y las tecnologías derivadas están muy comprometidas en las propuestas de anticipación y forman parte del mundo que vivimos. Técnicamente son reales y eficientes, pero como no tienen objetivos superiores, ni constituyen instituciones al servicio del hombre, sino al poder del dinero, muchas veces caen en resultados degradantes. Muchas son las técnicas avanzadas que se utilizan en medicina, pero no se conoce lo que se está provocando realmente, ni sus efectos a largo plazo en el ser de los afectados. Generalmente esas víctimas caen en el submundo de los elementarios, del cual, después de la muerte, es casi imposible escapar. La manipulación genética a ciegas está produciendo daños irreparables a la especie humana con efectos imprevisibles. Esta catástrofe ya ha ocurrido anteriormente. Y la tradición lo recuerda. Léase en estas Enseñanzas cómo la unión de los hombres con mente con mujeres sin mente produjeron monstruos irreversibles.
En este tremebundo escenario de trasplantados, niños clonados y fantasmagóricas especies animales y vegetales se está moviendo el Maitreya. Tendrá que darle una solución para el futuro. Creemos que estas técnicas de transformación son útiles porque ayudan a cambiar radicalmente; la ciencia puede ayudar siempre que encuentre el rumbo correcto en la dirección del mensaje divino. Este Mensaje es la clave para enderezar los caminos, avanzando por la Renuncia.
8) Droga, Sexo y Epidemias
La Organización Mundial de la Salud estima que hay 250 millones de drogadictos en el mundo. El abuso sexual se ha extendido a todos los niveles de la sociedad, desde los niños hasta los medios de comunicación masiva, constituyéndose en un estilo de vida internacional. Las epidemias degradantes como el sida y las enfermedades psíquicas aplastan a una buena parte de la Humanidad. Y estos asuntos, entre otros que ya hemos mencionado, conforman el panorama de problemas cotidianos que tendrá que resolver el Maitreya para empezar a edificar la nueva raza. ¿O será la destrucción atómica la que resolverá de un solo golpe estas calamidades? Para construir Acuario cuyo tiempo ya ha comenzado, los hombres tienen que cambiar. ¿Pueden cambiar de costumbres, riquezas y karma 6.000 millones de habitantes del Planeta? La respuesta es obvia; envueltos en las redes de su pasado irresponsable, esta civilización caerá definitivamente vencida por sus propias armas, y dejará la Tierra limpia para que otros hombres puedan hacer su tarea anunciada.
Si bien los problemas de la sociedad son imposibles de resolver colectivamente, salvo la catástrofe final, las Enseñanzas del Maestro Santiago hablan al individuo, al ser con sus posibilidades, y le presentan un programa de acción y de salvación que se puede poner en práctica ahora: el Camino de la Renuncia. Lo que no pueden resolver los Estados, ni la Ciencia, ni las Religiones, ni el dinero, lo puede resolver el hombre individualmente poniendo en acción los mecanismos de la Renuncia. La Civilización no está en condiciones de salvarse porque no posee los instrumentos para hacerlo; pero el ser sí puede porque esos recursos yacen en su alma. La situación es crítica; a partir del 2001 el tiempo se divide en dos para no juntarse más: quienes permanecen en los valores del pasado quedarán ahí; quienes arriesgan y avanzan en el desierto nuevo serán los compañeros del Señor Maitreya.
La Humanidad avanza y se desenvuelve por etapas que están reguladas histórica y astronómicamente en el tiempo. El individuo se regula y comienza cuando adopta las normas de la nueva época. Hemos tenido la suerte que un ser excepcional, el Maestro Santiago, adelantara y comunicara por escrito las ideas directrices de Acuario, diera precisiones sobre la Divina Encarnación, ya viviente, ha diseñado los métodos de vida más apropiado a la época, ha explicado el pasado y el futuro de los hombres, los ha invitado una y otra vez a sumarse a los Discípulos Fieles, y les ha enseñado que son libres y dueños de sus destinos. Las puertas están abiertas para los que quieran cruzarlas.
9) Supervivencia
Algunos intérpretes fijan como fecha terminal de las profecías de Nostradamus entre 2020 y 2025. Igualmente, los pronosticadores de los cambios climáticos señalan ese tiempo para la culminación catastrófica del recalentamiento terrestre. Es también el plazo establecido por rusos y norteamericanos para el despliegue completo del escudo antimisiles. Quedan aún veinte años de moratoria para que las Enseñanzas del Maestro Santiago lleguen a todo el Planeta. Quedan veinte años de esperanza para que el Maitreya pueda enunciar sus leyes de futuro y los hombres las reconozcan. Queda, en fin, un brevísimo tiempo de meditación para tomar decisiones fundamentales. El mundo seguirá dando vueltas como siempre; ahora sólo los individuos tienen libertad, que es espiritual, para sí mismo, sin efectos sobre los demás.
¿Cuál es esa libertad que le queda al ser como único bien intransferible, que no se adquiere ni se vende, sino que uno trae al nacer como signo divino de la condición humana? La Renunciación. Por la Renuncia el ser se libera de los efectos colectivos del karma y permanece dueño de sí mismo para las vidas futuras. Ahora se comprende bien el Camino de la Renuncia; no es dejar estas o aquellas cosas que de todos modos me las quitará la muerte; es entregarlas libremente, desapegarse de ellas, tomar distancia y desinterés por las posesiones, es ser uno mismo, y nada más. El vendaval de la muerte tocará sólo la materia, y el alma quedará libre para las nuevas experiencias de Acuario. Repetimos: el único bien que hoy poseen los hombres individualmente es la Renuncia.
Es muy hermoso que el don que las generaciones de la antigua civilización lega a los hombres de Acuario sea la libertad espiritual, como testimonio indestructible de la condición humana, hasta llegar a la Gran Libertad de la Unión con Dios.
Contemplemos el esplendor de la civilización que termina, sus inmensas ciudades, las conquistas de la ciencia, los viajes espaciales, la multitud de hombres prominentes que la enriquecieron con sus creaciones, sus obras de arte excepcionales. También Atlántida fue maravillosa. Y la civilización de Moo con sus edificios gigantescos. ¿Dónde están esas antiguas civilizaciones? Desaparecieron sin dejar rastros. También desaparecerán las obras de la civilización moderna. Pero hay un bien que no puede ser destruido porque es divino: la libertad espiritual que hoy asumen ostensiblemente los Discípulos Fieles para trabajar junto al Señor Maitreya.