Los grandes Iniciados, además de ser auxiliados por Iniciados de otras categorías, lo son también por un sinnúmero de seres que, por su adelanto espiritual, sintonizan con Ellos y con su obra.
Los Grandes Iniciados Solares vienen siempre acompañados de Iniciados de otras categorías.
No se hace referencia aquí a aquellos Iniciados que tienen la misión de profetizar y preparar el camino para la venida de Ellos, ni a los que trabajan antes de su llegada para disponer el ambiente y las corrientes magnéticas que los han de recibir y cobijar.
Las almas que tienen grandes misiones que cumplir en la tierra, casi siempre poseen una reserva de energías que traen desde los planos astrales para aplicarla a la labor que vienen a cumplir.
Entre las misiones que les han sido confiadas a los Iniciados del Fuego, una de gran importancia ha sido aquélla de reservar el espíritu tradicional de los primitivos Iniciados, en el más absoluto silencio y a través de las civilizaciones.
Se podría trazar una línea divisoria entre los Iniciados del Fuego anteriores a la primera guerra mundial (1914-1918) y los actuales. A partir de entonces la Humanidad ha entrado en un camino de síntesis de toda su obra anterior, que ha de culminar con la destrucción de las subrazas antiguas y el asentamiento definitivo de la nueva subraza.
Por los años 1972-77 es esperado sobre la tierra la nueva Divina Encarnación de Cuarta Categoría.
Los estudiantes espirituales, en el deseo de saber algo de su vida, de su misión y de su futura obra, se dejaron llevar por su entusiasmo y han escrito sobre Él, cantando su poder, embelleciendo su figura, enalteciendo su obra y dando brillo real a todos los contornos de su divina existencia.