Los Hijos de las Tablas de Solitarios tienen, como tales, una serie de obligaciones peculiares.
Además de los ejercicios espirituales indicados en la enseñanza respectiva, los Solitarios deben concurrir mensualmente a una conferencia particular con el Superior de la Tabla.
Pocas son las disposiciones del Reglamento con respecto a los Ordenados. Estos se hallan sometidos, en todo, a la voluntad del Caballero Gran Maestre y solamente sus obligaciones genéricas se encuentran establecidas en el Reglamento.
El Caballero Maestre es la autoridad máxima de la Tabla. Su misión consiste en velar paternalmente sobre los intereses espirituales, morales y materiales de los Hijos a él confiados.
Velar paternalmente excluye el mando arbitrario, pero origina cierta severidad propia de un jefe de familia.
Salvo extraordinarias excepciones, el fervor místico no es sostenido siempre con la misma intensidad por el alma. Entusiasmos y decaimientos periódicos jalonan el sendero que conduce a Dios. El triunfo es de aquellos que, fuese cual fuese la etapa y el estado que atraviesan, no pierden de vista jamás el ideal forjado.
Desde los tiempos inmemoriales se han usado en las Órdenes esotéricas atributos y hábitos. También Cafh tiene los suyos.
El atributo tiene un valor simbólico y otro real. Su valor simbólico reside en la idea que representa; recuerda continuamente al alma aspectos de la divinidad que ella anhela realizar.
El Caballero Gran Maestre es asistido en su labor por el Caballero Maestre Secretario, que él elige en la Asamblea de Plenilunio, cada cinco años, de entre los Caballeros Maestres de su Tabla.