La vida interior debe estar centrada en Dios y no en los atributos de Dios que alejan del fin primordial.
El adelanto especializado de las facultades racionales ha alejado en cierto modo al hombre de la Idea fundamental de Dios.
La oración no puede ser plena y total si todo el ser no está puesto en ella. Al decir todo el ser no se significa la vehemencia del vuelo sensible, sino el ser en su totalidad.