Disney fue un hombre exitoso en todas las cosas que emprendió, menos en una, aunque en esa ocasión ya estaba muerto, mejor dicho, el más ambicioso de sus proyectos, vencer a la muerte, no le salió bien.
Algunos creen en la reencarnación y otros no. La mayoría de las tradiciones, especialmente las más antiguas, sostienen que las almas reencarnan una y otra vez y la literatura histórica está plena de estas creencias.
Del griego: Eú = bien; tánasos = muerte. Muerte sin sufrimiento físico y en sentido estricto provocada voluntariamente.
Soy un ardiente defensor de la eutanasia y como éste es un asunto controvertido en nuestro tiempo me expresaré en primera persona declarándome responsable de las ideas que exponga.
Tenemos una Humanidad sobredimensionada, un hormiguero de más de seis mil millones de personas que en cualquier momento se desintegra y desaparece en las bajas dimensiones del mundo astral, sin nombres ni diferenciaciones, como ya lo han presentado videos y películas premonitorias de los últimos tiempos con expectación de los usuarios viejos, adultos y niños, ricos y pobres, políticos y contribuyentes, locos y normales.
Al final de su vida, Kurosawa hizo una hermosa película con secuencias sencillas, fáciles de comprender, “Sueños”, que en cinco o seis capítulos relata algunas de las tradiciones del pueblo japonés que han perdurado a través de los siglos.