El recuerdo de la Divina Religión Atlante, fomentó entre los Egipcios el culto a los dioses solares: Ra (el sol), Atonu (el dios solar), Shour, Anuri, Amon (dioses de los días).
El filósofo deísta se pregunta: Si yo soy hijo de Dios, engendrado por Él, ¿por qué no he de poder ser Dios?
La mente humana, después de dedicarse a la especulación a que es tan afecta, se resiste a la idea final de que nunca será Dios, sino será, solamente, semejante a Dios.