La Selva Negra estaba habitada por una tribu nómade de Arios primitivos los cuales, atraídos por un clima benigno de las tierras hesperianas, descendieron por el actual Brenner hasta los países vénetos y desde allí se internaron hasta el centro de la antigua Saturnia.
Los Racenos, que con el correr de los siglos se llamarían Etruscos, fue un pueblo de extraordinaria civilización, como aún lo demuestran hoy los restos de monumentos descubiertos en las excavaciones de aquellas ciudades perdidas.
Para el ciclo de ángeles hechos hombres había sonado la hora solemne. Los estremecimientos cada vez más convulsivos del planeta y la luz solar que filtraba a través de las espesas cortinas de nubes, reflejaban como una gran aurora polar sobre la rojiza tierra, indicando que algún hecho extraordinario estaba por acaecer.
Cuando en la noche estrellada se observa la rojiza luz del planeta Marte, se evoca enseguida el recuerdo del color de la luz que hubo en tiempos de la Gran Lucha Planetaria.