De la correcta colocación de la columna vertebral depende en el mayor grado la perfección de las posturas. Gran número de las posturas antiguas se han ideado de tal manera que durante su ejecución fuerzan a la columna a su posición correcta.
En las posturas naturales del hombre, la columna vertebral debería formar una línea de muy ligeras ondulaciones y, sin embargo, es habitual encontrar en la mayor parte de los hombres, una más o menos pronunciada convexidad de la espalda en la parte alta de la columna vertebral (cifosis).
Una vez que se ha logrado dar una mayor amplitud de movimiento a la columna vertebral mediante ejercicios de enderezamiento, es bueno practicar el siguiente ejercicio que flexibiliza dinámicamente la columna vertebral y que es al mismo tiempo, la síntesis de todos los movimientos naturales de la columna.
Se considerarán primeramente las tres posturas principales por encontrarnos en todo momento adoptando una de ellas, es decir: la postura de pie, sentada y acostada. Tanto nos hemos acostumbrado a pasar de una a otra o a permanecer durante horas en una postura determinada, que hemos perdido todo sentido crítico que nos permita advertir si la postura en que nos hallamos es correcta o no.