La mente del hombre es de un poder ilimitado pero únicamente puede llegar a su plenitud comprensiva y creadora mediante la unión con lo Infinito.
Por eso el fin correcto, único y verdadero de la mente, es el de buscar a Dios, la Eternidad.
Todo concepto andrológico es absurdo.
Si se apartara un hombre totalmente de los demás seres y del conocimiento de Dios, cosa absurda, porque el hombre, por su naturaleza intrínseca jamás puede ser separado de Dios, y quisiera conocerse por sus propios medios, tendría que valerse de él mismo, de su fuero interno, para conocerse.