Estrechado entre los poderosos imperios Caldeo y Egipcio, un nuevo pueblo había surgido: los Asirios.
Los Caldeos, los Asirios, los Fenicios, los Sirios, los Sargónidas y los Persas constituyen la tercera subraza Aria llamada Irania.
El pueblo Asirio estaba destinado a formar una religión semita por excelencia. Se había formado fuerte, indómito y peleador, ya que era destino de Asiria mantenerse independiente a costa de guerras continuas pues la rodeaban potencias enemigas.
A medida que se iban sucediendo las civilizaciones Arias, una tras otra, se iban cambiando, modificando y transformando las religiones. En la cuenca del Tigris, en el Asia Central, se había levantado un pueblo fuerte e indómito, el Asirio, que creció pronto y desarrolló una potente civilización.