A medida que se iban sucediendo las civilizaciones Arias, una tras otra, se iban cambiando, modificando y transformando las religiones.
En la cuenca del Tigris, en el Asia Central, se había levantado un pueblo fuerte e indómito, el Asirio, que creció pronto y desarrolló una potente civilización.
        
      
     
  
    
    
    
    
      
      
        
          Desde las orillas del Oxus y del Laxartes situadas cerca de la mística meseta de Pamir, descendían los Iranios hacia Bactriana y Nizaya. De esa multitud de nómadas tribus surgieron los imperios Medo y Persa.
        
      
     
  
    
    
    
    
      
      
        
          A medida que se iban sucediendo las civilizaciones Arias, una tras otra, se iban cambiando, modificando y transformando las religiones. En la cuenca del Tigris, en el Asia Central, se había levantado un pueblo fuerte e indómito, el Asirio, que creció pronto y desarrolló una potente civilización.