Curso XLVII - Enseñanza 41: El Examen Retrospectivo (25/04/1959)
El examen retrospectivo que nos enseñan cuando empezamos el Sendero de Cafh es una de las bases fundamentales de la Renuncia. No exactamente el ejercicio que es el que introduce al examen retrospectivo, sino el examen retrospectivo en sí.
El examen retrospectivo de Cafh, a pesar de que muchos dicen que existe una similitud, no es el examen de conciencia. El examen de conciencia es un hermoso ejercicio en donde las potencias del alma vuelven a activar la voluntad y el sentimiento, porque como va el alma recordando los hechos ocurridos durante el día vuelve a vivirlos y sentirlos, se entusiasma por el amor que le ha infundido un hecho que ha ejecutado, o siente aborrecimiento por un mal que ha hecho; se detiene especialmente sobre ciertos hechos relevantes que recuerda y a medida que va rememorando los considera. La voluntad y el sentimiento se ponen en actividad para volverlos a vivir y sentir.
Pero el examen retrospectivo es completamente distinto; no es un examen de actividad y emoción, comprensión y sentimiento, sino un puro acto de renuncia.
El examen retrospectivo de Cafh, como han podido observar, no es nada más que una vuelta de todas las potencias del alma en sí, es un detenerse en el momento más importante de nuestra vida, como es aquel en que uno se va a entregar al sueño para entrar al misterio de la noche. Antes de entrar al sueño se realiza una reposición de energías, una eliminación de elementos dañinos, para entrar a ese estado completamente libre de toda atadura, verdaderamente entregados a la muerte, a la Eternidad.
Cuando el alma se ha acostumbrado a este hermoso examen, entonces el hábito concreto interior hacia el examen en sí que se va a hacer a la noche no tiene ya tanta importancia, lo que tiene importancia es el modo de vivir del alma a través de sus exámenes retrospectivos. Quiero decir y esto es lo fundamental, que todas las veces que nuestras potencias se expanden hacia afuera hay un hábito interior que nos detiene, nos inmoviliza, que retrae la atención de la mente y vuelve a cerrar las compuertas de la emoción para ver los hechos, el fruto de nuestra obra, con otros ojos, salir del foco al mirarla desde lejos.
A medida que el alma va avanzando en esa entrega total de sí misma a la Divinidad, se hace impersonal. Todos creen que es analizarse a uno mismo, ver la película, ver lo que hemos hecho durante el día. Esa es una irrealidad. El hombre cree que tiene algo, sufre, esa es la ilusión de la posesión, pero a través del examen retrospectivo, cuando penetra dentro de la renuncia ve que esos hechos no son nada más que la composición de varios hechos en donde él en sí no tiene casi parte, porque otros factores se ponen en juego. Así se hace impersonal.
Nos vemos dentro de un conjunto de cosas, hechos, en donde no somos nada más que una pequeña parte de un gran todo. La Renuncia es cada vez más segura, los hechos no son nuestros sino el resultado de varios factores, de una fuerza puesta en movimiento. En Comunidad, el examen es más el de la Comunidad que el nuestro; a medida que pasa el tiempo es el de toda Cafh y no el nuestro, y como va pasando el tiempo es el de Cafh frente al mundo, a la Eternidad, de la obra que ha de cumplir y que le resta para cumplir en el futuro.
Creo que después de diez años de vida de Comunidad tenemos derecho a un examen retrospectivo de conjunto.
Muchas veces, si nos aislamos no vemos más que sombras, reflejos, pero en la Renuncia se hace impersonal, de conjunto y toma una claridad sorprendente, extraordinaria.
Vemos la importancia de las obras recién a través de la realización de este conjunto de seres, obras y demás.
En diez años de vida de Comunidad, estimadas Hijas, hemos realizado mucho, desde luego, y eso es lo que consideramos y no lo que queremos realizar.
La obra de la Divina Madre está patente en nosotros y nos confirma en nuestra vocación.
La Voluntad Divina es muy distinta de lo que nosotros creemos.
Visión del Caballero Gran Maestre donde veía mujeres que bajaban de este cerro para ir a llevar la palabra de Dios al mundo. No creía que serían Hijas Ordenadas; me sorprendió y pensé qué clase de mujeres serían. Y como si la Divina Madre quisiera confirmarme que ese no era un sueño, me hizo ver los hermosos parques que ahora existen, porque siempre Dios se vale de un detalle para decirnos si algo es o no es verdad. Desde entonces, cuántas cosas han pasado y se han cumplido que nosotros ni pensábamos, ni imaginábamos.
Quiero explicar cuál es el verdadero sentido de vuestra Ordenación de Mujeres.
Antes, jamás pensé que sería una Institución sobre la cual tendría que fundarse, y fundarse para el futuro la seguridad de Cafh. Yo siempre pensé que las Ordenadas serían buenas mujeres y que procurarían hacer todo el bien posible y admití hasta a personas casadas porque creí que se podría armonizar una vida con la otra.
El pensamiento de la Divina Madre era otro. Luego me di cuenta que ese no era fundamento para Cafh.
En este último año estuve haciendo averiguaciones: ¿por qué son tan pocas nuestras Hijas?
Al hacer averiguaciones procuré penetrar en la vida íntima de estos seres, en las congregaciones.
Una buena persona me dijo: “nuestras congregaciones han aumentado mucho, pero cuando aumenta el número es porque se deja aparte al espíritu. Cuando se fundan los institutos son pocas. Cuando dejan de existir los fundadores los compromisos aumentan y hay que ir aflojando con la disciplina, con el verdadero espíritu. Entonces se reúnen muchas almas, pero el verdadero espíritu ya no existe. Si es puro tendrían que ser muy pocas”.
El alma, la de vocación, no siempre tiene la fuerza cabal para la perfecta renunciación, para cerrar todas las compuertas del alma.
Estas superioras me hacían ver muy bien: “La congregación tiene Colegios, casa, si usted observa -me decían- tienen una infinidad de escapes. Hablan con mucha gente, salen a la calle, tienen contacto con sus familiares, van a su casa, tienen también deseos. Escapes que hacen que el verdadero problema interior se tape porque tienen infinidad de escapes que le hacen olvidar su problema principal”.
Podríamos tener muy buenas chicas, pero habría que conceder una infinidad de cosas que no permiten amalgamar el verdadero espíritu de la Ordenación. ¿Por qué?
Ustedes saben muy bien que si no está el espíritu, después que hayan muerto los fundadores, pasaría lo que ocurre en otras obras cuando admiten personas que tienen otros compromisos y otras cosas. Únicamente va adelante la obra cuando quienes solucionan los problemas son los de la casa.
Recién después de tanto tiempo me di cuenta de esto. Hemos de ser únicamente madres, hermanas, esposos de la Divinidad para mantener el verdadero espíritu de la Renuncia; porque Cafh no tiene más que un Mensaje que se resume en una palabra: Renuncia. Todo lo demás son rellenos.
Entonces empecé la terrible tarea para un hombre de hacer la voluntad divina y hacer de estas mujeres almas verdaderamente consagradas.
Las eduqué en el verdadero espíritu de la entrega.
Volviendo al examen retrospectivo: vemos al alma luchar contra sus necesidades humanas y formarse en el verdadero espíritu de la Renuncia, a lo humano, afectos, comunicaciones; para entregarse sólo a Cafh; ésta es su casa, su vida; si bien ésta no es más que una expresión, afuera todo se diluye a través de las posibilidades del paso dado.
Esto no puede juntar muchas almas. Ustedes podrían ser muchas, podrían ser como treinta al día de hoy, si tuvieran todas sus distracciones y todo lo que puede servir de escape para la humana naturaleza. Pero la obra sería humana y no divina. Es preferible tener pocas Hijas y fundadas en la Renuncia, y no muchas que practicaran la renuncia por temporadas.
Veo que la Divina Madre fue construyendo este Cuerpo de Mujeres para que fueran fundamento de Cafh, para que ésta fuera su verdadera preocupación y que no tienen más familia que la de Cafh. Después de la muerte de los fundadores, seguirán teniendo la misma idea de la renuncia, de la santidad; que la única santidad es la que se basa en el fundamento de la Renuncia.
El alma tenía que tener una fuerza tan grande que sólo pudiera vivir de Dios y no de los hombres. Es fácil juntar almas, pero afirmarlas en la Renuncia, en el verdadero espíritu, es muy difícil, cuesta hacerlo, cuesta una enormidad.
Pero haciendo el Examen Retrospectivo vemos que el espíritu se forma poco a poco. La satisfacción de lo que hemos logrado y hemos hecho a través de los años, y vemos la aridez del corazón que está en Dios y nos podemos ver allí como una parte de este Cuerpo Místico, de este divino conjunto.
Este año seguirá; vuestra Comunidad dará un paso más adelante; en vuestra Comunidad habrá algunas almas que serán plantadas como árboles de vida para que sólo sean una semilla.
Tomen fuerzas espirituales; hay que hacerse invencible para esta nueva etapa de realización. Que cada una de ustedes se sienta parte de todo el conjunto del Cuerpo Místico de Cafh y pueda lograr una verdadera fuerza interior que la haga fundadora, oración verdadera, que todo se base en la renuncia; que sean de aquellas pocas que saben cerrar todas las compuertas, para abrir las compuertas de la Divinidad.
No tener escapes es lo más difícil, pero es lo único que nos puede hacer verdaderos Ordenados.
Ordenado es una palabra tan grande como el Universo, queridas Hijas, abarca todos los confines del infinito, es una verdadera luz en el mundo.
Cuando ustedes comprendan la inmensidad de esta palabra en un minuto, a través de un verdadero examen retrospectivo, se sentirán iguales a Dios, no por soberbia, sino porque serán embargadas de su espíritu creador, de su misericordia, cada una de ustedes se transformará en una madre de la Humanidad. Pero ¿le espera algo al mundo de hoy en que vemos que la ciencia se transforma en un factor de ruina? Sólo puede confiar en las almas espirituales que lo han dado todo voluntariamente para transformarse en imágenes vivas y transparentes de la Divinidad. Eso es lo que damos nosotros desde nuestra Comunidad.
Verán ustedes, Hijas pequeñísimas, cuántas fuerzas les han dado. Aquellos que ustedes no pueden imaginar que existan sobre esta tierra se han divinizado a través de la lámpara divina; cuántas revelaciones recibirán las almas en el momento más oscuro de nuestra vida de Comunidad.
A cada momento nos espera una revelación nueva, porque es como si en nuestra vida el Verbo Divino se revelara a nosotros en cada instante, ya sea a través de una gran comprensión o desolación interior, porque todo lo que es grande es divino.
Todo tiene un sentido nuevo a través de los cambios que ven y pasan, comprueban que ya nada existe de ese ser antiguo, porque si estuvieran en el mundo, el mundo no sería nada; sería inconsubstancial.
Hagan el Examen Retrospectivo, que se vuelve impersonal, que abarque el conjunto de la Eternidad creada, de la vida.