Curso XLVII - Enseñanza 22: La Dirección Espiritual Entendida por el Caballero Gran Maestre (6/10/1956)

Este es para nosotros un tema de común interés porque casi todos los Hijos somos dirigidos por Él. Aquí nos explicó los conceptos que Él tiene de la dirección de almas y cuáles son sus modalidades particulares para que participemos, comprendamos su idea y nos identifiquemos con ella. Todo esto es particular y nada tiene que ver con el modo de dirigir de otros Directores que llevan a los Hijos hacia el estado de perfección; tampoco quiere cambiar o contradecir las directivas dadas por el Reglamento y la Interpretación. No. Cada Director Espiritual tiene su modalidad.
Si uno se pone en el punto de un Superior el único camino es el que indica el Reglamento y la Interpretación. La modalidad del Caballero Gran Maestre no es una contradicción ni una critica hacia nada, es simplemente su modalidad “porque -dijo- los seres humanos somos como las flores: cada flor tiene su tipo, su perfume, su tiempo para florecer, y lo peor sería creer que uno ha de seguir un camino unilateral. Eso es imposible”.
Cuando un alma se entrega a un Director Espiritual no es ésta una elección hecha por ella ni por los hombres; es algo misterioso y divino, desconocido para el hombre.
La ley de la unión de las almas no puede explicarse racionalmente, no puede ser definida por lo que “yo pienso o tú piensas”, viene de Dios.
El Caballero Gran Maestre también piensa que cuando le es dada un alma para dirigir es porque ella ha estado unida a él desde otros tiempos. Él no sabe de dónde, cuándo ni cómo, pero no puede imaginarse que a un alma se la pueda dirigir en un solo día. Viene de antes, desde la lejanía del tiempo.
Claro que ésta es una opinión personal porque la dirección es algo de Dios: se parece al amor que brota cuando quiere.
“Cuando yo recibo para mi dirección a un alma, esa alma es mía y yo soy suyo”. No es ésta una relación de dependencia sino de unión, estrictamente; si hubiera dependencia no podría ser él su director. El amor es el único que da la unión espiritual, no hay dependencia entre ellos. Esta comprensión es fundamental. Esto quiere decir: “Yo comprendo a esa alma y ella me comprende, y lo que ella recibe de mí será la única norma ideal que ella necesita para alcanzar la perfección”.
Opinión del Caballero Gran Maestre: La Dirección Espiritual empieza en la Eternidad y termina en la Eternidad. Es la Unión.
Por eso aunque el alma se fuera al último rincón de la tierra eso no quiere decir que termina su dirección. No puede haber algo que sea y no sea al mismo tiempo. Cuando se ha amado no se puede dejar de amar. El alma pertenece a su Director hasta que alcance la perfección. Es el único bien y finalidad hacia lo cual se puede aspirar.
El Director Espiritual y el Superior son dos cosas distintas. Lo que el Superior le dice y enseña es magnífico y extraordinario. Pero si el Director Espiritual tiene un alma, la dirige durante todas las horas: “Yo tengo que estar contigo, te pertenezco en espíritu”.
El alma no puede tener velos para él, no son estos velos de palabras, sino los velos de la voz del corazón, tiene que haber sinceridad interior.
El Director continuamente le enseña a su alma, le da su enseñanza. La influencia es física, astral, mental y espiritual. Tiene que llegar a ser su imagen, su ejemplo: Así el alma se traslada a Dios.
La Enseñanza es universal (primer tipo) cuando es dada a los hombres a través de las revelaciones de las grandes religiones y está escrita en todas partes.
La Enseñanza de Cafh (segundo tipo) dada para los Hijos.
La tercera es más secreta, profunda e íntima y nos es dada en la Dirección Espiritual: de alma a alma.
Por eso no hay que extrañarse si uno no es llamado periódicamente, porque a veces es mejor así, sino esa conversación se vuelve rutinaria. Como el Director es ante todo enseñante, podría caer o canalizar en un hábito que sería un peso y no una ayuda.
El Caballero Gran Maestre tiene su método: dirige con un reproche, habla una palabra cuando se está en conjunto. Lo principal es pensar mucho en los Hijos y estar a su lado cuando lo necesitan. Prefiere que le pidan la dirección.
Él dirige poniendo una mala cara, palmeando el hombro. El Caballero Gran Maestre dice que no tiene el don de comunicarse con la palabra como otros directores espirituales.
Darle a cada uno la enseñanza ideal para él.
Concepto personal del Caballero Gran Maestre: Si un Hijo va y le dice que tiene distracción en la oración, él le da el remedio una vez; no le gusta repetir las cosas. Volver a decir las cosas sería perder el tiempo. Lo que se dice mucho se gasta.
Hay almas con quienes ha hablado una sola vez en la vida y nada más. Si siguiera enseñando todo sería una repetición. Hay Enseñanzas Eternas: las del director espiritual han de ser Verbo para el Hijo.
No hay que sentirse desamparado si uno no conversa con el Director. Puede ser un gusto y nada más.
Hay que escuchar la voz del director cuando uno está solo y meditando. Cuando está lejos está más cerca, y en el sueño también nos enseña y orienta si tenemos la verdadera disposición. Su método es de pocas palabras.
El Caballero Gran Maestre está convencido de que así como la madre le da vida a su hijo no sólo hablándole sino teniéndolo junto a su pecho, también así enseña el Director.
La Enseñanza él la da siempre: paseos, comidas; les da su propia fuerza y magnetismo.
Los primeros Hijos sintieron la necesidad de estar a su lado. La influencia del padre al hijo es fundamental. Así el maestro y el discípulo tienen que tener una misma tendencia espiritual, los mismos gustos, así como los que se casan gustan de las mismas cosas, también las almas que caminan juntas hacia la perfección espiritual. Identificación total. El Director tiene que ser ejemplo. Pero eso hay que verlo, porque en esto es fácil equivocarse. Uno siempre cree que el Director Espiritual, el Superior, tienen que ser santos y hay que imitarlos. Esto es lo más equivocado. Todas somos flores distintas, de temperamento distinto. Una persona flemática, por ejemplo, no puede imitar a una de temperamento nervioso.
La imitación es interior. Afuera está el hombre con sus hábitos, etc. Imitamos al hombre que ha realizado a Dios en su interior. La imitación está en el seno mismo de la Divina Madre, en el lugar más secreto.
El Director Espiritual no ha de ser un guía, sino aquél que prepara el sendero, saca las piedras y escollos.
Las almas no quieren ser tocadas. Las rosas cuanto más se las toca más se marchitan. Hay que regarlas, sacar los yuyos, pero sin tocarlas mucho.
Hay quien cree que el Director Espiritual le va a dar la Unión Divina. Ese es un misterio que se realiza solo. El Director Espiritual es la imagen del Gran Director Espiritual.
La Unión de Amor ha de ser únicamente la del Director Espiritual y el alma que dirige. Él es la imagen del Gran Director Espiritual que nos dirige desde el más allá: Él es la puerta para ir a la Divina Realización.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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