Curso XXXVIII - Enseñanza 13: La Música y el Color
Toda nota musical va acompañada de su correspondiente color. El clarividente ve tras del sonido una onda de color.
Los ciegos, que tienen altamente desarrollado el sentido auditivo, dicen y describen los colores por el sonido de las siete notas musicales.
Muchos músicos confiesan que ven estos colores en su imaginación.
Si cada nota musical tiene su forma de color correspondiente, el conjunto de toda una obra musical, las piezas completas, tienen su forma de múltiples colores que representan su forma mental.
Pero si toda forma mental se refleja en el aura, ¿en el aura de quién se plasman los colores musicales? Ellos se fijan en el aura de la Tierra, en esa franja superatmosférica que rodea al planeta; por eso, el clarividente ve las formas musicales reflejadas en el aire o en la atmósfera.
El conjunto de estas formas de color es, a veces, tan amplio, tan maravilloso y tan vívido, que deja en el alma de aquel que las ve, una larga y agradable impresión. No siempre estas formas de color son iguales, aún cuando se ejecute una misma pieza, pues cambian según el talento del ejecutante y según el conjunto instrumental.
Cuando hay alguna falta de exactitud en la música, la imagen aparece como rasgada de punta a punta. De ahí el dicho de los amantes de este arte, que una mala nota lastima el oído.
En la Balada N° 1 en Sol Menor, Opus 23, de Chopin, el color gris y rojo se mezclan de tal forma al compás de las tristísimas notas que describen la noche, el bosque y el amor del caballero errante, que dejan en el alma una impresión exacta del panorama y de los colores del tercer plano astral.
Quien ha llegado a formar con su música verdaderos cuadros astrales reflejados en el aura del mundo, es Wagner. A los primeros acordes del preludio del “Oro del Rin”, la música forma un color tenue, indefinido, como el del cielo en la hora del alba; y es que allí quiere describir el artista el principio del Universo. Relámpagos y movimientos de pálidos colores cruzan continuamente ese cielo. A medida que sigue la ejecución de la obra se va ampliando cada vez más la imagen. Ninguna música ha reflejado un cuadro tan amplio como el de Wagner.
Pero cuando el Walhalla se muestra a los ojos de los dioses, se refleja sobre la imagen una cúpula de resplandeciente color.
En la obra “Las Walkirias” los colores son tan variados y el panorama tan amplio que dan la impresión de una ciudad encantada en donde el cielo, mar, montañas y colores se mezclan en tan gracioso desorden, que forman un cuadro inolvidable.
Afirma Emerico Stefaniai, el gran pianista, que él, cuando toca, cierra los ojos y ve los colores que simbolizan lo que está ejecutando. Le preguntaron qué color tiene el aura de la música de Beethoven y él contestó rápidamente: el amarillo. No se había equivocado, pues la música de Beethoven es, entre todas, la más rica en sabiduría y en golpes de intuición.
Corresponde a cada nota musical el siguiente color:
1°: Do…Rojo.
2°: Re…Anaranjado.
3°: Mi…Amarillo.
4°: Fa…Verde.
5°: Sol…Azul.
6°: La…Añil.
7°: Si…Violado.
Aguzar los sentidos artísticos, procurando ver el color y la forma que les acompañan, es también una de las obras indispensables al estudiante para lograr la suprema realización.