Curso XXXIII - Enseñanza 12: La Voz
El órgano de la voz se asemeja, al parecer, a los de la vista y oído, pero difiere de ellos en un punto esencial: en que las operaciones de la vista y del oído son resultado de un acto involuntario. Si se abren los ojos y hay luz, se verá aunque no se quiera; si no se cierran los oídos y hay ruido, se oirá. El órgano de la voz, por el contrario, sólo se ejerce por acción de la voluntad; no se habla sino cuando se quiere hablar.
Además, no se puede ver ni oír más o menos en medida del deseo, sino cuando uno se sustrae en parte a la acción de los objetos exteriores poniendo un obstáculo, un velo, entre uno y el mundo de afuera. No así con la voz; se puede hablar más o menos alto, más o menos deprisa; se regula la función de la voz como función propia. Por lo tanto se infiere que se puede aprender a hablar, por ser ello susceptible de modificarse merced a la voluntad, a un control reflexivo y constante y de un acopio de energía vocal diaria.
Así como el teclado del piano se compone de varias octavas, divididas en tres clases de notas (bajas, medias y altas), cuyo sonido depende del tamaño de las cuerdas, la voz tiene su teclado; dos octavas, como el piano seis; tres especies de notas y cuerdas más delgadas y más gruesas, del mismo modo que el piano y a la manera que no se llega a tocar dicho instrumento sin estudiarlo, tampoco se puede llegar a manejar bien la voz sin el correspondiente aprendizaje.
Si es muy aguda, demasiado grave, gutural o nasal, la voz carece de claridad; es de emisión fatigosa para quien la posee y desagradable para los demás.
Es necesario, pues, hablar con una tonalidad media.
Para ello pueden vocalizarse los Nombres Místicos Solares registrados en el Curso de “Ceremonial de Cafh”.
Higiene de la voz: Para conservar la voz en buen estado de salud es recomendable observar una higiene bucal y general severa, a fin de que los órganos fonadores desempeñen su función específica libre de factores foráneos. Fosas nasales, faringe nasal, bronquios, pulmones, tráquea, laringe, sistema de resonancia, amígdala lingual, amígdalas palatinas, etc., deben sistemáticamente mantenerse sanas. Todo esto como complemento importante a la fundamental reserva de energía vocal.
Interesa resumir algunos consejos respecto a la voz. En primer lugar es preciso prohibirse terminantemente de cantar o hablar con catarro, con un resfrío y sobre todo con ronquera, pues esta última exige el reposo vocal absoluto. Cuántas veces la voz, no sólo de los profesionales de ella, sino la de aquéllos que no han practicado la mesura indispensable en sus expresiones vocales, luego de una ronquera aguda, en cuyo transcurso no guardaron un reposo vocal de corta duración y continuaron abusando de la palabra, quedaron indispuestos por mucho tiempo y en ciertas ocasiones la voz no volvió más.
Entonces a este tesoro es preciso conservarlo ávidamente y gastarlo con parsimonia.
Desensibilización contra el frío: Uno de los enemigos de la voz es el frío. Muchos oradores y cantantes viven en perpetuo temor de resfriarse, de hallarse en una corriente de aire, de que se enfríen sus pies, etc.
La experiencia médica expresa que se puede llegar a ser refractario a los catarros y enfriamientos. Esa comprobación se confirma entre quienes viven al aire libre, duermen con la ventana abierta en la montaña tanto en invierno como en verano, llevan poca ropa y realizan ejercicios naturales.
Es aconsejable, en base a tales hechos, desensibilizarse del frío mediante algunos métodos o sistemas que variarán de acuerdo a la naturaleza de cada uno. Esto partiendo del supuesto de un buen estado de las vías aéreas (fosas nasales, senos faciales y frontales, amígdalas y dientes), sin ningún foco séptico nasal, amigdalino o dentario. La gimnasia respiratoria, el baño, la ducha fresca luego de la cultura física y respiratoria (el baño caliente es un error; lo vuelve a uno friolento; sensibiliza para el frío y predispone a los catarros), son buenos desensibilizantes.
Esta desensibilización es recomendable que se inicie desde la infancia, ya que a una edad más avanzada resultará proporcionalmente más difícil contraer nuevos hábitos. En la adolescencia y la edad madura hay que entrenarse progresivamente para el agua fría y proceder con prudencia. Se comenzará en verano, paulatinamente. La fricción prolongada (tal como se aconseja en el curso de Gimnasia) es recomendable, así como la práctica de algunos deportes y la vida la mayor parte del tiempo posible al aire libre.
En todo es recomendable el método de vida y, en lo posible, la imitación de aquellas que llevan los Hijos en la Comunidad.
El tabaco, las bebidas alcohólicas y todo excitante son malos para la voz, pero el más nocivo -para ellos y para los que deban vivir en la atmósfera llena de humo-, es el tabaco.
Recuérdese que un buen sueño es imagen de la buena salud y no hubo buen sueño en la noche cuando la voz al levantarse está ligeramente velada, pesada, como sucia.
La calefacción es dañosa porque seca las mucosas de las vías aéreas y de este modo las vuelve vulnerables y es un verdadero desastre para las mucosas con tendencia alérgica. Es aconsejable poner en los radiadores recipientes con agua para humedecer el ambiente. Las flores y los perfumes son también peligrosos para la voz.
La fisiología y la patología revelan por otra parte que hay una relación franca entre la voz y los órganos sexuales, lo que en forma señalada se ha dejado expresado en el curso de desarrollo espiritual.
Causas de fatiga vocal: La técnica respiratoria defectuosa es la causa de ciertas alteraciones de la voz. Es preciso aprender a respirar correctamente. La respiración alta, clavicular, produce sofocaciones, congestión de la cabeza e inflamación de la faringe. La respiración abdominal, manteniendo las costillas inmóviles y exagerando los movimientos del diafragma, comprime los órganos del abdomen, contrae la musculatura del vientre y de los órganos vocales, reduce la acción del aparato vocal y lleva al sujeto a cerrar la emisión de la voz. La respiración buena, normal y fisiológica tiene que ser total y realizarse sobre todo con el ensanchamiento de las costillas inferiores. Ha de ser suave, amplia, lenta, profunda y silenciosa.
La integridad del aparato vibratorio, es decir, de la laringe y de las cuerdas vocales, es todavía más necesaria para la emisión vocal. Al estudiar el mecanismo se ve que hay una acción muy delicada de músculos, articulaciones y ligamentos de la laringe, cuyo objeto es producir el sonido fundamental. Si hay una lesión ese mecanismo delicado se alterará y se producirán afecciones de la voz.
El mal uso vocal es la técnica defectuosa que consiste en no utilizar bien el instrumento.
Ejemplo: Un conferenciante que habla con un tono demasiado bajo, cosa que lo obliga a inflar la voz, o que se vale de una voz gutural y que no tiene alcance y entonces recurre a la fuerza con miras a hacerse oír. El resultado es siempre el mismo: fatiga de la voz y congestión de la laringe. ¿Por qué sucede ésto? Porque se violan las leyes de la naturaleza al ejecutar un acto contrario a la fisiología vocal, al sentido común y no supo guardarse dentro de los límites de los medios naturales vocales.
En síntesis: conviene saber que todo orador, profesor o cantante que se fatiga es un sujeto que habla mal o que canta mal. Esa fatiga vocal constituye el signo precursor de la pérdida de la voz y es la señal de alarma del organismo que es preciso escuchar para detenerla a tiempo.