Curso XXXII - Enseñanza 8: NO SER

Si fuese ésta una enseñanza correcta, no podría tener nada, fuera del dibujo arriba diseñado.
Hay aquí, sin embargo, una explicación a esta enseñanza, para que el estudiante pueda comprender por qué el No Ser no puede ser explicado por la mente humana.
Cuando los inmensos cursos, que de eternidad en eternidad propagan la fuerza potencial y activa del Universo, volvieron a abismarse en el seno del No Ser, ¿en dónde quedó relegada la actividad y potencialidad del Dios Creador? ¿Dónde estaban los resplandecientes factores de la energía? ¿Dónde estaban las figuras luminosas de los Dioses Arquitectos?
Nada existía ya.
Todo ha vuelto a su primitivo estado y todo ha sido absorbido en el seno de lo inconmensurable sin duración.
Ni el tiempo existía, porque ¿cómo puede haber tiempo sin duración?
La Mente Universal tampoco existe en lo incondicionado, porque ¿dónde podría caber Ella en aquella inmensidad que no tiene soportes para sostenerla?
Únicamente la tiniebla llenaba la inmensidad sin límites.
Todo dormía el sueño sin ensueños de la Infinidad.
Pero, todas estas frases no son sino pueriles conceptos de lo que carece de palabras para ser expresado.
Cuando se quiere dar una explicación de lo Absoluto, por pura y selecta que sea, se cae inexorablemente en el dogma, en el sofisma, en la especulación.
Estas son ideas que únicamente por abstracción pueden llegarse a intuir, pues ¿cómo penetrarán los seres con mente humana allá donde la mente no existe?
Los Grandes Iniciados, que en las horas de éxtasis llegaron a las orillas del Mar Eterno, desde donde se vislumbra el estado incondicionado de Dios y desde donde muy pocos vuelven al estado de conciencia, jamás tuvieron palabras para expresarlo.
Si todo desaparece en lo Inmanifestado, entonces este estado de No Ser es la suprema aniquilación, es la nulidad absoluta, es el vacío completo.
Así piensa el estudiante ante esta definición.
Pero, ¡maravilla de la Sustancia Eterna! Como de la nada, nada puede devenir, como nada de lo que fue puede desaparecer, así como siempre permanece lo Inmanifestado, simultáneamente, nunca deja de ser lo Manifestado.
Estas etapas de Inmanifestación y manifestación son líneas que traza la mente humana para explicarse la Esencia en sí y la esencia expresa de Dios. Pero, en realidad, lo manifestado y lo Inmanifestado nunca cambian de aspecto, sino, siempre son. Si cambiaran existirían dos dioses conjuntamente.
Es similar al ser que cree que ha recorrido un trozo de camino en el período de tiempo que la duración de su existencia le ha dictado. ¿Qué ha hecho sino soñar con los ojos abiertos sobre su propia ilusión?
La ilusión de ayer es la duración de tiempo de hoy y el hombre comprende que el ayer y el hoy no son sino veleidosos reflejos de su imaginación mental; pero, vence al tiempo y a la duración y vive la magnificencia de la hora presente, del momento Eterno.
Dice bien un filósofo contemporáneo: “Si queréis ser felices, olvidad vuestro pasado y no os preocupéis por vuestro porvenir; sino, vivid plenamente el momento presente”.
El ser vive simultáneamente la ilusión y la hora abstracta.
La una nada ha quitado a la otra y, sin embargo, los dos aspectos, ilusión y realidad, manifestación e Inmanifestacion, están siempre tan estrechamente unidas que nunca pueden ser separadas.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

Relacionado