Curso XXXII - Enseñanza 11: El Génesis

El Génesis explicado a la luz de la Sabiduría Divina es de gran utilidad para ver el concepto único que tenían los Grandes Iniciados de la Creación Universal.
Están aquí explicados los diez primeros versículos del capítulo primero del Génesis.
En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz y fue la luz.
Y vio Dios que la luz era buena y apartó Dios la luz de las tinieblas.
Y llamó Dios a la luz Día y a las tinieblas llamó Noche; y fue la tarde y la mañana un día.
Y dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas y separe las aguas de las aguas.
E hizo Dios la expansión y apartó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión; y fue así.
Y llamó Dios a la expansión Cielos; y fue la tarde y la mañana el día segundo.
Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la seca; y fue así.
Y llamó Dios a la seca Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares; y vio Dios que era bueno.
Al establecer la Biblia un principio, un punto de partida dentro del espacio y del tiempo, establece, desde ya, una existencia pregenésica de Dios. Esta existencia, anterior, no puede ser conocida por la mente humana, pues Dios en su raíz indiferenciada es lo incognoscible, lo Incondicionado: No Es.
Después de la diferenciación cósmica establecida por las palabras: “En el principio”, recién se nombra a Dios como creador, pues la Manifestación Divina aparece al establecerse, si así se puede decir, la diferencia entre lo no cognoscible de lo aparentemente cognoscible.
Todo el Universo fue hecho por Dios, emanó del seno de Dios. Los cielos son toda la manifestación cósmica, toda la Rueda del Tiempo, desde el principio hasta el fin, con todos sus sistemas planetarios.
Al decir la palabra “tierra” se entiende que el Génesis quiere explicar especialmente la formación de nuestro sistema planetario, pues sabiendo la historia de la formación de un sistema planetario, se sabrá la historia de la formación de todos los demás sistemas.
La Masa-madre, sustancia primordial, espíritu-materia y alma del cosmos, es la vida en potencia.
Al decir la palabra “desordenada”, se establece el aspecto potencial de la sustancia primordial; la palabra: “y vacía”, establece que en el universo no existe el vacío pues el vacío es la matriz de la vida en potencia.
Las tinieblas es el Espíritu en Sí, la Raíz del Espíritu es para la mente humana profundas tinieblas. San Dionisio Areopagita le llama Rayos de tinieblas. Todo el universo está trazado pero no conocido.
“La haz del abismo” significa que ya este plano ha sido trazado sobre la Substancia Primordial. Está, por decirlo así, el universo dentro de Dios en el momento de ser manifestado.
El Espíritu de Dios es el Espíritu universal. Dios ya se ha separado de su universo. Hay una diferencia entre la palabra estaban y la palabra se movía; estando Dios como tinieblas sobre la haz del abismo su movimiento es de retención; pero moviéndose sobre la haz de las aguas su movimiento es de extensión.
El abismo ya es llamado aquí las aguas, porque la substancia primordial, bajo el soplido energético de Dios, se ha transformado en Vida.
La imagen del Creador está desde el principio hasta el fin. Dios es distinto de su universo, pero vive dentro de su universo. En donde la mente del hombre no puede penetrar Dios es las tinieblas; en la magnificencia de su manifestación Dios es el purísimo Espíritu; en la conservación de su universo Dios es el Dador de la vida, la Vida misma.
Dios Es; al Ser impregna el universo de su pensamiento y su pensamiento es la luz del universo.
El pensamiento Divino es la energía del universo. Y al decir: “Fue la luz”, se entiende que hasta el más pequeño átomo está iluminado por la luz divina, es conocido por Dios.
El reconocimiento de Dios como Creador de Sí Mismo está aquí afirmado. Dios se espeja en Sí Mismo; las tinieblas emanan la luz y vio Dios que la luz era buena; Dios, tiniebla, ve que la luz, manifestación, Su Obra, era buena. Enseguida que la mente Divina ha ideado el universo quedan disipadas las tinieblas y Dios queda encerrado dentro de su Plan Divino, dentro del radio de luz que ha sido reflejado por Él mismo.
Dios es la unidad, luz y tinieblas son una misma cosa pero, aparentemente, visto desde el plano de la creación, la luz y las tinieblas son la dualidad divina.
La dualidad de Dios es la fuerza potencial y activa del universo. La expansión del universo es un manvantara, un día cósmico; cada vez que Dios emite de Sí Mismo su luz es un verdadero día luz universal.
La manifestación divina o actividad va seguida de un período de descanso potencial. Dios, después de haber lanzado toda su luz y sostenido el universo por todo un día cósmico, vuelve a reabsorber todas sus fuerzas en Sí Mismo. Las tinieblas son la imagen del descanso cósmico y la noche indica este período de descanso; el pralaya que sigue al manvantara.
Durante la manifestación cósmica ésta se sostiene por los cambios continuos y repetidos; por un continuo devenir. La tarde es la destrucción, la muerte, la disolución; la mañana es el principio, la creación, la expansión; un día es la luz de Dios, la idea divina, la eterna conservadora del universo.
Las aguas, substancia primordial, son agitadas por Dios, Espíritu Universal y así se efectúa en medio de ellas la expansión o vida.
Las aguas, vida del universo, reflejan la imagen del deseo divino continuamente y forman los millones de mentes que trabajan en el universo. Su movimiento engendra la energía; y la energía da forma a la materia. “Y separó las aguas”, es la energía; “de las aguas”, es la materia.
La expansión es el círculo hipotético que Dios traza en el universo, para que dentro de él se desarrolle la creación.
El círculo hipotético de la creación universal se refleja en Sí Mismo, lo potencial continuamente se vuelve activo; la expansión de arriba es el aspecto potencial de la creación y la expansión de abajo su parte activa. El punto más cercano a Dios, más sencillamente, la vibración más sutil, más oscura, más difícil de captar, es la parte más potencial de la substancia primordial, expansión de las aguas de arriba; y la parte que emana de esa fuerza potencial es la parte activa, aguas de abajo. La vibración activa, a su vez, es potencial para otra vibración más densa y así sucesivamente hasta lo infinitesimal.
Él “fue” así es una palabra que tiene un valor afirmativo extraordinario, como si marcara una ley matemática ineludible.
El Génesis no hace diferencias a la expansión, y llama, sencillamente expansión a todo el espacio vacío, a toda la substancia primordial diseminada dentro del universo, a toda la expansión le llama, Dios, cielos.
“Día segundo” es imagen de la substancia primordial en su manifestación de vida; dentro del espacio vacío, substancia primordial, cielos, se van a coagular las vidas planetarias.
“La tarde y la mañana” es la balanza de la creación; la creación y la destrucción, factor de la conservación del universo.
Cada vez más la substancia primordial se va densificando hasta que aparecen los cuerpos planetarios. En un lugar: el ritmo, la medida, es en el universo la primera ley, el compás de la creación.
Los cuerpos planetarios, al diferenciarse de la substancia primordial, aparecen dentro de ella misma como una substancia distinta, sin serlo.
El satélite más denso de la Rueda Planetaria, aquél que se establece en el cenit de la rueda, es la Tierra, la morada de la vida humana. Un satélite planetario no puede estar nunca formado con un solo elemento; la reunión de las aguas, que Dios llama mares, son los elementos que mantienen el elemento terrestre: agua, aire y fuego.
Al cumplirse la primera Cadena Planetaria, al ver la obra cumplida, a eso el Génesis le llama “ser bueno”.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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