Curso XXXI - Enseñanza 8: Las Pruebas Racionales de la Existencia de Dios
Es necesario creer en un Dios personal, Contrariedad Analógica de lo Impersonal.
Desde luego, no se puede probar a priori la existencia de Dios, pues sólo se tiene de Dios un conocimiento nominal.
Como Dios existe por Sí mismo, nunca podría el hombre, como se ha observado ya, conocer su existencia esencial; sólo puede tener una intuición, confusa o clara, de la misma.
También puede conocer a Dios por su existencia de hecho.
Desde la antigüedad, varias escuelas de Teología han dado, como prueba racional de la existencia de Dios, cinco proposiciones muy claras.
La primera es: DIOS ES EL MOTOR UNIVERSAL.
Si el movimiento no tiene en sí mismo razón de ser, exige un primer motor. Todo movimiento requiere potencialmente un movimiento superior, y así sucesivamente. Pero, como Dios existe por sí mismo y no hay impulso que lo dirija, Él es el Motor Universal y el Primer Motor.
La segunda es: DIOS ES LA CAUSA SUPREMA.
Las causas existentes o no existentes, eficientes y subordinadas, se manifiestan en el Universo a través de un gran ritmo de causa y efecto; ha de haber, pues, una Causa Suprema, que posea en Sí, fundamentalmente, las dos leyes y capaz de comunicar a las causas subsiguientes la causalidad sucesiva.
Las tercera es: DIOS ES LA EXISTENCIA MISMA.
Si hay en el Universo seres que pueden existir y dejar de existir, ha de haber un Ser Único, necesariamente existente por Sí, y que comunique a los demás seres la existencia. Si Dios, como existencia, faltara por un solo instante, la vida toda quedaría extinguida; y si en el Universo sólo existieran seres contingentes y no un único Ser necesariamente existente, la existencia no tendría razón de ser.
La cuarta es: DIOS ES LA MISMA UNIDAD.
Todo compuesto es una parte en el conjunto simple de una unidad; quiere decir, si hay una parte compuesta, ha de haber una unidad simple.
La quinta es: DIOS ES LA MENTE CÓSMICA.
Si toda forma, energía, pensamiento, tiende hacia un fin determinado, por ley de cohesión universal ha de haber, necesariamente, una Mente Superior y organizadora, una Inteligencia Suprema hacia donde convergen todos los esfuerzos.
Algunas definiciones ayudarán a sintetizar y aclarar estas cinco proposiciones.
Dios es el mismo Ser, subsistente por Sí, y que, como Motor Primero y Universal, ha de ser Él mismo su misma actividad.
Dios o Causa Primera, para ser Causa en Sí, ha de tener conocimiento de Su Propia Existencia.
Dios, el Ser Necesariamente Existente, implica en Sí, como atributo esencial, que su Existencia no puede tener origen sino en Él mismo, que es la Existencia Misma.
El Ser Supremo y Absolutamente simple diluye en Sí, en una perfecta armonía, todos los compuestos, porque es la Misma Perfección.
Dios, o Mente Cósmica, no puede enderezar su inteligencia hacia Él como algo distinto, sino la Mente ha de ser Él mismo, porque Él es a Sí mismo, siempre actualmente conocido.
Solamente en Dios la existencia y la esencia son perfectamente idénticas; lo que hace que aparentemente sean distintas es una relación accidental y aparente, que desaparece en Dios en Sí.
Este es el principio Supremo de la distinción real entre Él mismo y el Universo.
Dios, como Esencia y Existencia fundamentalmente idénticas, es absolutamente simple, y su distinción real con el Universo es que el Universo es compuesto.
Dios es Aquél que Es, y lo que está fuera de Él es Él, sólo porque tiene su Existencia; pero sólo Dios es la existencia de Sí mismo y sólo en Él la Esencia y la Existencia son Una.
Dios es Acto Puro en Sí, mejor dicho, potencialidad y actividad a un mismo tiempo; pero en el Universo es acto y potencia, mejor dicho, potencialidad y actividad, sucesivamente.