Curso XXXI - Enseñanza 7: La Divinidad Manifestada
La Manifestación Divina es el Principio Absoluto del Universo. Es llamado comúnmente Dios o HES.
Dios es su propia esencia y existencia y Él sólo se conoce a Sí mismo.
Ego sum quia sum. “Yo soy el que soy”.
Dios es la raíz única y absoluta de toda la creación universal.
Si Dios es infinito, incognoscible, inmóvil, incausado, ¿cómo puede originar lo finito, lo relativo, lo cognoscible, lo múltiple y la causalidad? Podría decirse que Dios, aún en su Universo, nunca deja de ser lo que es, y que la creación toda es ilusión; pero si la creación es ilusión, también la ilusión es algo distinto del principio que la originó.
Si Dios es un inmenso conjunto, indisoluble en esencia y potencia en su Universo, entonces todo es Dios. Resultaría entonces que Él mismo debería ser algo estático, no cambiante, y el devenir no tendría explicación posible.
Si Dios hubiera emanado, creado algo de Él mismo, semejante a Él, pero que nunca podría volver a ser Él mismo por toda la Eternidad, tampoco nunca podría ser Él el principio único y absoluto, porque siempre existiría algo fuera de Él, semejante a Él, pero que no es Él mismo.
Se explica: La Manifestación o Dios, es de la misma esencia y existencia de lo Eterno, pero no es Él mismo, aparentemente.
El Eterno Ser se ofrece a Sí mismo de tal modo, que parece otro, que parece doble; pero esto sólo es aparente. Mientras dura esta apariencia de dualidad o diferenciación, Dios en su esencia y existencia, y su Universo está todo impregnado de su esencia y existencia, pero no es la esencia y existencia, por Sí. Para explicar esta teoría es necesario aplicar el principio absoluto del Universo con su creación universal, la ley de Contrariedad Analógica.
¿Qué es la ley de Contrariedad Analógica?
Siempre lo activo de una parte mayor es lo potencial de una parte menor. Siempre que un valor se desplace de su centro, va adquiriendo un valor positivo para el lugar o campo magnético dentro del cual se asienta y pierde dicho valor con respecto al punto central desde donde se desplaza.
Por la ley de Contrariedad Analógica, lo Eterno, al manifestarse a Sí mismo, y mientras dura tal movimiento, aparece finito y condicionado; pero, enseguida que cesa ese movimiento, Él es siempre lo que nunca ha dejado de ser; como el hombre encerrado en una habitación, que desconoce lo que ocurre fuera de la misma.
La Unidad Absoluta del Espíritu está presente, íntegramente, en todas las formas de la existencia, pero no en las formas de existencia después que éstas han dejado de ser tales, ya que ellas mismas se han restituido al Depósito Cósmico.
Lo Infinito es sólo aparentemente finito en el Universo, por ley de Contrariedad Analógica; así como una pelota lanzada al espacio, al chocar contra un obstáculo vuelve sobre su trayectoria, pero en sentido contrario.
Quedan así asentados los siguientes conceptos:
Dios es el Principio Absoluto y subsiste en todo el Universo creado.
La Creación no es Él, sino está toda impregnada de Él, y no es Él, sino por ley de Contrariedad Analógica.