Curso XXXI - Enseñanza 15: La Sustancia Primordial y los Siete Rayos
La Sustancia Primordial es perfectamente igual a lo Absoluto, Espíritu-Conciencia, pero no es el Espíritu en Sí.
Cómo se efectúa la unión eterna y real entre el Espíritu en Sí y la Sustancia Primordial es un misterio para la mente del hombre.
La parte divina y absoluta de la Sustancia primordial está totalmente identificada con ella misma y es de la misma naturaleza divina del Espíritu en Sí; pero la parte sustancial de la Sustancia Primordial es de naturaleza distinta pero emanante de la naturaleza divina de lo Eterno.
Cómo se efectúa esa transición es un misterio para la mente humana.
Esta transición da la Creación Universal.
Esta misteriosa y divina unión entre el No Ser y el Ser, esta unión entre el espíritu y la sustancia eterna es el alma del Cosmos. No se puede separar a estas dos expresiones iguales en sí, distintas por sí, pues son igualmente eternas, indivisibles, incognoscibles pero perfectamente divisibles en sus causas.
La causa primaria de la Creación Universal no puede, entonces, ser probada por ninguna razón o conocimiento; mas el hombre puede racionalmente probarla a través de causas derivantes de la Causa. Tales causas son la mente, la energía y la materia.
Con otra frase se podría decir que se conoce a lo Absoluto por lo relativo.
El Espíritu en Sí, la Sustancia Primordial, y la Causa Primaria son la Divina Trinidad Creadora.
Esta Causa Primaria se desenvuelve en sí misma de sí misma como el ovillo de la lana, y sus movimientos son las causas de la Vida. Estos movimientos de la Sustancia o Gran Elemento del Éter Cósmico son los Siete Rayos.
Ellos son la corriente de la onda de vida del Cosmos y por sus transformaciones vibratorias se hacen, mantienen y deshacen todas las formas.
El cambio constante de esta onda de vida cósmica, es el movimiento creador de las formas.
La asociación constante de estas ondas vibratorias es la que mantiene a las formas. La disociación constante de estas ondas vibratorias con su rapidez destruye a las formas y las renueva.
El Gran Elemento es la vestidura de la Sustancia Primordial y el movimiento de esta vestidura, los Siete Rayos.
El Primer Rayo se manifiesta en el Cosmos sintéticamente, porque a todo el Cosmos impregna de sí mismo, sujetándolo.
Es el Círculo o límite de la Conciencia Cósmica.
El Segundo Rayo se manifiesta dimensionalmente, ideando potencialmente la Naturaleza, aún no expresada de la Vida.
El Tercer Rayo emite la vibración o movimiento Creador de la Vida, porque separa idealmente la Causa de las Causas, la Conciencia de las Conciencias.
Es el cuchillo de Dios que hiende la Sustancia Divina.
El Cuarto Rayo es la fuerza de la Voluntad Creadora, o Verbo hecho carne.
Los Iniciados Solares emanan de esta potencia de Vida Eterna.
El Quinto Rayo es la determinación subjetiva de la Voluntad Creadora. Dios antes de crear el Universo Objetivo, lo determinó Subjetivamente en su Pensamiento. Una vez que este pensamiento está lanzado tiene vida propia.
Voluntad de Voluntades.
El Sexto Rayo moviliza la inmensidad de la Vida dentro de la cual se mueven las infinitas formas individuales.
Gota de agua del Océano de Vida.
El Séptimo Rayo es el factor de todas las formas existentes. La Sustancia Primordial se expresa en él, completamente, como una Obra acabada.
La materia es su principal agente.