Curso XXXI - Enseñanza 11: Ley de Contrariedad Analógica

Dios, en Sí, es causa sin causa, Incognoscible.
Dios, como Creador, es la Divina Trinidad, no cognoscible en sus causas, pero accesible en sus efectos.
Dios Creador posee la Idea Única y en su Divina Inteligencia preexiste el conocimiento de la finalidad de la Creación Universal. Él es principio y fin, causa y efecto, y el Acto Puro de la Creación está totalmente contenido en Su Mente Cósmica.
En la Mente Divina no puede existir ninguna sombra que obscurezca la realidad de su Pensamiento Creador; así que Dios, desde un principio, establece el orden sucesivo de la Creación y su fin único.
Si Dios desde un principio tiene establecidos las alternativas y el fin del Universo, entonces el ser no estaría sujeto a su libre albedrío sino únicamente a una ley de Predestinación. Pero tal predestinación sería un acto determinado, invariable y sin compuestos analógicos y en contraste con la Divina Perfección, que se manifiesta en el Universo a través de múltiples y distintas expresiones, aparentemente contradictorias, pero que buscan la armonía en la variabilidad.
La predestinación es ley de Predestinación Consecutiva: un conjunto armónico de fuerzas compuestas, dispares entre sí, completamente duales, que sin embargo, substancialmente, emana de un ser que es Único y Simple. Esta ley no es un determinismo absoluto sino la ordenación de todo lo creado a su fin; es la ejecución progresiva y armónica del Plan Divino de evolución.
La Divina Voluntad es la ley única que predestina a los seres, pero consecutiva, ordenativa, armónica y aún libremente. Todo está dentro de esta Divina Ley que lo ordena al fin propuesto con soberana previsión.
Desde este punto de vista no hay casualidad ni hecho que ocurra porque sí, ni tampoco un libre albedrío, sino sólo una relación de causas secundarias que derivan de una causa única.
Sin embargo el ser es verdaderamente libre, divinamente libre.
La ley Arbitral de Posibilidades es tan real y existente como la Ley Primera. Pero la mente humana, tan compleja, tan limitada, tan obscurecida por conceptos varios y falsos, únicamente puede comprender tal verdad por analogía.
La ley de Contrariedad Analógica lo explica.
Si el ser es semejante a Dios, pero no es Dios mismo, tiene un campo de libertad, libre albedrío, el cual no es ilimitado, sino limitado.
Un hombre no puede, por un acto de su voluntad y de repente, hacerse ángel, estrella o piedra; pero puede, dentro del campo humano, y aún dentro del campo magnético relacionado a su idiosincrasia individual, disponer de sus elementos naturales para determinar su fin real y no ilusorio.
En este sentido el hombre, con su libre albedrío, no contraría a la Predestinación Divina, sino la secunda. Es un elemento compuesto que busca el elemento simple.
Se nota en seres de parecida evolución y semejantes entre sí, cierta disparidad de posibilidades; pero esta disparidad es indispensable y armónica, pues no hace más que afirmar que la Manifestación Divina se asienta, no sobre una única forma sino sobre múltiples formas semejantes entre sí, pero no iguales; la unidad igual sólo existe en la raíz misma de la Creación.
Por ejemplo: dos seres de la misma evolución, nacen en la misma hora, en el mismo lugar y en las mismas condiciones; sin embargo entre los dos siempre existe una fracción X que constituye la diferencia. Por ley de Creación Numérica expansiva esta diferencia, a través del tiempo, lleva a estos seres a campos diferentes de actividad.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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