Curso XXX - Enseñanza 7: Conceptos de las Principales Escuelas Védicas
La filosofía de la India no nombra ni habla sobre el principio absoluto, existente más allá de todo principio; ejemplo luminoso de la modalidad de esos antiguos maestros de la India es el Buda, que se negó constantemente a hablar sobre el principio de lo INFINITO.
Lo Inmanifestado es la Eternidad, lo Absoluto, lo desconocido, antes de existir en sí y de manifestarse; tampoco es lo Inmanifestado, porque es Aquello que está más allá de lo Manifestado y de lo Inmanifestado.
Lo Inmanifestado, o Brahman, es la existencia preprimordial infinita, incondicional, inexpresable, de la cual surge el Universo, la Única Realidad.
De Brahman, el Universo, surge su Imagen, y Él se transforma a sí mismo en una infinidad de imágenes semejantes a Él.
La Filosofía Védica, si bien reconoce al Universo como Maya, o ilusión, sin embargo estudia a la manifestación ilusoria en todas sus fases.
Brahma es el Creador, la potencia indivisa del Universo, sin principio ni fin, sin atributos, impersonal.
Ishvara, imagen de Brahma, es el Dios personal que resume en sí a todas las almas y está munido de todos los atributos.
Brahma es el Creador, Vishnu el Conservador y Siva el Destructor del Universo.
Dicen los Upanishads, mirando al infinito espacio del cielo: “Todo es Brahma, principiando, alentando y terminando; Él es un Ser dentro del corazón, más chico que grano de arroz, que grano de mostaza”.
Llamar idólatras a los hindúes es desconocer los postulados más elementales de su doctrina; la Manifestación Divina, el Dios Impersonal, el Dios Personal, todos los Divinos Atributos que se manifiestan en el Cosmos, son otras tantas imágenes divinas, o dioses.
El Espíritu de Dios, Purusha, modifica a la materia o Prithivi, a través de la modificación del Gran Elemento Cósmico, Mahabhuta o Tattva. Éste constituye los cinco elementos cósmicos que son:
Prithivi - Apas - Tejas - Vayu - Akasa.
El pensamiento cósmico creador se sintetiza en el hombre, prototipo de los reinos; y su imagen perfecta es Manú, aquel que conoce y practica las leyes Eternas.
El Manú, al resumir en sí las Leyes Cósmicas es una legislación viva para las razas. La ley cósmica, a través de él, se transforma en la Ley Humana, o Dharma; y se realiza a la perfección a través de la acción, o Karma.
La Filosofía Védica en sí es perfecta.
Sale del seno de la Eternidad y analiza todos los aspectos de la manifestación hasta dentro de la mínima partícula, separándola o uniéndola según la necesidad, sin perder de vista jamás la unidad fundamental de la existencia.