Curso XXIII - Enseñanza 8: La Torre de Babel

Mientras imperaba la subraza ario-semita ocurrió el cuarto y último hundimiento de Atlántida, hace 87.000 años.
Los ario-semitas, que de agricultores se habían convertido en pueblos fuertes y poderosos y que empezaban a dejarse asimilar por los atlantes, levantaron poderosas ciudades, aunque ellos no trabajaban en ellas.
Tomaban esclavos atlantes que hacían trabajar bajo su dirección. Los atlantes empleaban su estatura y su fuerza y los ario-semitas su inteligencia.
Erigieron inmensas pirámides, que eran el centro de sus ciudades; inmensas torres que parecían desafiar el cielo.
En las líneas y medidas de estos gigantescos monumentos escribieron la historia del universo en signos, medidas y líneas, la historia del hombre y de los hombres venideros.
A su lado, las pirámides de Egipto son pigmeas.
Pero la constante promiscuidad con los atlantes hacía que los ario-semitas fueran atraídos por el fuerte magnetismo animal de estos y se contagiaron en sus males, ambiciones y artes negras.
A tanto llegó el poder de su civilización, que estos hombres llegaron a creerse como Dios y que sus templos piramidales desafiarían al Cielo, por contener toda su sabiduría. De tal manera, que se dejaron arrastrar y asimilar por los atlantes mongoles.
Pervirtieron su lengua sagrada y volvieron a usar el idioma monosilábico y gutural de los atlantes, formándose, así, diversas lenguas.
Pero había llegado la hora que Atlántida debía desaparecer definitivamente bajo las aguas. Y se produjo el cuarto diluvio.
Durante días y días llovió torrencialmente sobre la tierra; el mar embravecido se levantaba como un monstruo para tragarla.
Durante cuarenta años hubo continuas inundaciones, sumersiones y cambios atmosféricos.
Los Grandes Iniciados llevaban a los pueblos al reparo de las tierras que sabían prometidas para la nueva subraza.
Los arios de la Tribu de Vashishia en Sudáfrica perecieron. Los de América quedaron apartados por el Océano del resto del continente; eventualmente fueron absorbidos por los Iranios.
Los de las Tribus de Marichi y de Narada fueron casi totalmente arrasados por las aguas que descendieron de los Himalayas y más adelante absorbidos por los Iranios. Los de la Tribu de Atri permanecieron casi ocultos y también, a su vez, fueron absorbidos por los Iranios. Los de la Tribu de Vashishia que permanecieron en Europa, incólumes, esperaban su hora.
Después del Gran Diluvio, los ario-semitas, muy debilitados, fueron cada vez más absorbidos por los atlantes, hasta formar un tipo nuevo: el hombre ario de tez negra.
Estos ario-semitas de tez negra hostilizaban a los demás ario-semitas que quedaban. Los restantes ario-semitas también guerreaban con los últimos ario-arios, que fueron, poco a poco, desapareciendo.
Los accidentes climáticos y los cambios producidos en la Tierra por los movimientos sísmicos, habían destruido la fertilidad de los campos, pero los hombres llevaron la semilla del trigo, la sembraban y enseñaban su cultivo a los vencidos, hasta la aparición de la subraza ario-irania.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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