Curso XXI - Enseñanza 4: Meditación Afectiva sobre “La Dama Negra” y “El Abismo”

El conjunto de temas que se inicia con esta Enseñanza, tiene por figura inspiradora a Maitreya. Maitreya es el arquetipo humano y divino.
Pedir a Maitreya, pensar en Maitreya, quererlo desde ya, es ir creando en uno esa imagen de perfección; es parecerse cada vez más a Maitreya.
Cuando se pide que Maitreya venga a redimir a la Humanidad, en realidad se está redimiendo, transformando la propia naturaleza humana en la imagen del más puro ideal.
El tema de la Dama Negra considera a Maitreya como el vencedor de las tinieblas en que está envuelta el alma. Si se logra objetivar permanentemente la imagen de Maitreya en el interior, se consolidará un constante aborrecimiento a la Dama Negra y se impedirá que la oscuridad del alma surja en el ser. La imagen de Maitreya constituye el eje de la polaridad que permitirá encauzar las fuerzas del alma y expulsar, paulatinamente, a la Dama Negra.
En el segundo tema, El Abismo, la figura de Maitreya afirma el aborrecimiento logrado en la meditación anterior por medio de un sostenido espíritu de desolación, que va poco a poco purificando el alma.
Esta desolación no es el ímpetu desesperado del que ha perdido toda esperanza; no es la vigorosa desolación que destruye violentamente las ilusiones mundanas; sino más bien una especie de atemperamiento, enfriamiento interior de esas ilusiones. Esta desolación provocada por la imagen de una gran sombra, no exaspera, sino que aquieta y baja el ritmo del mar interior. Es como el suave atardecer de un día de trabajo; poco a poco, la evidencia de la negatividad de los valores que hasta ayer se amaban, va extendiéndose en el ser y se empieza a perder interés en ellos; sólo se quiere descansar, dormir, olvidar, y olvidando siempre, a través del tiempo, se va produciendo una lenta y firme transmutación del ser.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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