Curso XX - Enseñanza 6: Meditación Afectiva sobre “El Templo” y “El Velo”
Meditación: “EL TEMPLO DE ORO”. Efecto: “CONSUELO”.
Invocación:
Pido a Maitreya que ilumine mi alma con una luz de esperanza y me conceda el Consuelo de anunciar constantemente Su Venida.
Cuadro Imaginativo:
Veo un Sol; un rutilante Sol: lleno de gloria y majestad.
Veo un Sol; rutilante, luminoso, resplandeciente, sin mancha.
Veo un Sol de Oro, que brilla con la magnificencia del brillo de infinitos soles.
Veo un Sol cual ninguno, un grande, un inmenso Sol. Un Sol Divino.
Sensaciones:
Siento que todos los afectos y consuelos humanos son pequeñas y pobres cosas sin vida, sin luz, sin calor.
Siento que todo el pasado de lucha ha sido un continuo correr tras ilusiones y quimeras.
Siento que no hay dos consuelos, sino uno solo, el único consuelo: el que emana de la vida espiritual. El único calor que puede consolar al alma es el de Dios.
Propósitos:
Propongo no conceder a mi alma consuelos vanos y falsos, pequeñas limosnas que la empobrecen en lugar de enriquecerla.
Propongo no buscar más que el consuelo divino.
Consecuencias:
Consigo vivir del consuelo y de la esperanza del día de la Liberación.
Consigo fijar mis ojos en el Sol de Justicia, trono de la Divina Encarnación y de donde ha de venir a nosotros el Divino Maitreya.
Meditación: “EL VELO DE AHEHIA”. Efectos: “GOZO”.
Invocación:
Pido que se levante el velo del tiempo, para que nos sea concedido el goce de contemplar al Divino Maitreya.
Cuadro Imaginativo:
Veo una luz, una incomparable luz.
No hay luz más clara, más diáfana, más pura, más simple, más hermosa.
Veo una luz clara; veo una luz diáfana; veo una luz pura; veo una luz simple. Veo una grande y hermosa luz.
Sensaciones:
Siento que la Hora de la Nueva Redención está cercana a mí.
Siento que la influencia de la Divinidad está tan cerca, que ya de antemano me siento transformado. Soy siempre el mismo ser, lleno de defectos y de miserias. Pero, sin embargo, no puedo dejar de gozar al sentir tan cerca el Día Divino.
Siento que mi alma se inunda de luz y toda mi humanidad dolorida desaparece al influjo divino de la Gran Luz.
Propósitos:
Propongo gozar de los goces de Dios. Los goces humanos son pasajeros y amargos; no duran. Y se transforman en dolor. Propongo buscar sólo el Divino e insensible goce de la Divinidad, el que proporciona la transformación total de la vida humana en Divina.
Consecuencias:
Consigo una absoluta insensibilidad para todas las cosas humanas y externas.
Consigo pensar que el único goce es el interior, el Único, el Divino.