Curso XIX - Enseñanza 2: La Degeneración en las Posturas

La noble posición erguida, que el hombre ha tardado milenios en adquirir y que es el símbolo de su estado de evolución, se ve actualmente desvirtuada por hábitos que van adquiriendo los hombres de adoptar posturas encorvadas y asimétricas, fiel reflejo de su prevaleciente estado de ánimo deprimido, estrecho e inarmónico. La postura que comúnmente puede observarse en los hombres es una verdadera caricatura de la que debería poseer naturalmente.
La razón humana, cuando no es guiada por una orientación Divina, sino por la satisfacción de los deseos y pasiones que fomenta el egoísmo, altera todo desarrollo natural y destruye en consecuencia el ritmo y la belleza armónica. Todo lo que ocurre en el plano físico no es más que reflejo de los sutiles pero mucho más reales planos astrales, energéticos y mentales, encima de los cuales vela el Espíritu como síntesis total y principal que al ser omitido de uno u otro modo, como ocurre con gran frecuencia, es causa del efecto degenerativo en todos los órdenes ya sea en las ciencias, las artes y aún en el mismo sendero espiritual.
Es así que el hombre actual, en su constante desequilibrio interno, está continuamente tenso de pies a cabeza. Para buscar un cierto alivio a sus miembros doloridos, se sumerge en un sillón y cruza sus piernas en una forma completamente ridícula, tanto estética como fisiológicamente, lo que, de ningún modo puede denominarse relajamiento, ya que sólo es un engaño mental al pasar de una posición tensa a otra tan o más tensa aún. La prolongada tensión innecesaria de uno o varios músculos del cuerpo, como acontece muy a menudo, significa un inútil desgaste de energías que muchos han tratado de evitar practicando determinados ejercicios de relajación. Sin embargo, estos sistemas externos de relajación no llevan al éxito completo porque el verdadero relajamiento muscular no puede obtenerse con medios físicos solamente sino que se logra, en su verdadera perfección, durante el Éxtasis Divino.
También el continuo cambio de postura o sea moverse inútilmente es un innecesario desgaste de energías, siendo asimismo un signo de una mente inestable.
El estudio y la práctica de las posturas tienden paulatinamente a eliminar estos inconvenientes educando la capacidad del continuo autocontrol en el Hijo, facultad que por sí sola ya constituye una conquista de inestimable valor para los buscadores de un desarrollo espiritual acelerado.
El Hijo que, estando parado busca apoyo en la pared, mesa, silla, etc. o se mantiene torcido con el peso del cuerpo apoyado en una pierna, o, al sentarse se deja caer en el sillón cruzando las piernas, separándolas demasiado o estirándolas, e inclina su cuerpo hacia atrás hundiéndolo en el respaldo, ofrece un espectáculo no sólo desagradable a los Superiores y demás Hijos, actitud que puede considerarse de irrespetuosidad, sino que da muestra continua a todo el mundo de su interna desarmonía.
La mayor parte de los malos hábitos en las posturas pueden corregirse con un poco de atención mientras que otros, especialmente el encorvamiento de la espalda, requiere una verdadera reeducación.
No crea el Hijo que podrá llegar a ejecutar y comprender las maravillosas posturas antiguas, algunas de las cuales requieren una flexibilidad extraordinaria, si antes no sabe dominarse en las tres posturas fundamentales que continuamente se adoptan: Parado, sentado y acostado.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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