Curso XIX - Enseñanza 12: Posturas Ascéticas
Se detallarán aquí las principales posturas que se emplean para la meditación y la concentración.
Para la meditación se emplea la “postura sentada mental” ya descripta, pero con los brazos pendiendo libremente de los hombros a cada lado del cuerpo. Flexionar ahora los codos, dejando la parte superior del brazo en la misma posición, hasta llevar las manos a la altura del corazón. Allí y sin apoyar los antebrazos o las manos en el pecho, se unen las yemas de los dedos extendidos y algo entreabiertos de una mano, con los correspondientes de la otra.
Para la concentración también se parte de la “postura sentada mental”. Inclinar la columna vertebral algo hacia adelante, sin doblarla, sino manteniéndola naturalmente erguida para que las manos, con los brazos extendidos, se apoyen sobre las rodillas. Juntar todos los dedos de cada mano menos el pulgar que, en contacto con el índice debe formar una “O” cerrada en el lado interno de la rodilla. Para facilitar la posibilidad de concentrarse, conviene mantener el mentón algo atraído.