Curso XIX - Enseñanza 10: Postura Sentada (Mental)
La diferencia fundamental entre la postura sentada vegetativa y la mental se halla nuevamente en una reducción del punto de apoyo. En efecto, en esta postura se juntan los talones con lo que asimismo las rodillas se aproximan pudiendo también éstas juntarse. Repetimos aquí que la estatua de Ramsés sentado puede tomarse como modelo insuperable de la postura sentada mental. Esta postura es prueba de un completo dominio no sólo físico, sino mental de aquél que la ha logrado.
El peso del tronco bien erguido se reparte uniformemente sobre las partes que se hallan en contacto con la silla. La cabeza descansa sobre el cuello con el mentón algo encogido, lo que da una mayor posibilidad de actividad a las partes de los órganos que estimulan las funciones mentales.
Hay que habituarse a la adopción de esta postura mediante la continua práctica. Oportunidades para ello se encuentran durante las reuniones, los retiros, las conferencias particulares, el estudio, la lectura espiritual. En todas estas ocasiones el Hijo obtendrá gran provecho de esta postura porque le facilitará el logro de un mayor grado de atención con un menor esfuerzo, lo que reduce a un mínimo el cansancio.
Las posturas mentales no deben ser empleadas para las ocasiones corrientes de la vida; para ellas están las posturas vegetativas. Utilícense las posturas mentales cuando la actividad que se esté desarrollando requiera un estímulo para la mente.