Curso XVII - Enseñanza 10: El Conocimiento Simple

El conocimiento simple es un estado de unidad y similitud entre sujeto y objeto. Esta unidad es imposible de lograr a través de un estado activo de la mente, que siempre es dualista. El conocimiento o comprensión racional es siempre dualista. Los ejercicios pasivos reducen el movimiento mental, tendiendo a la subjetividad. Una imagen o estado subjetivo no es dualista y acostumbra a otro tipo de vivencia.
Cuando se ha adquirido la capacidad de identificación subjetiva con imágenes objetivas, puede pasarse a la concentración subjetiva sobre imágenes abstractas, y alcanzar así un nuevo orden de conocimiento y un estado mental sobrenatural.
La contradicción, la paradoja, el concepto irracional, es una forma de lograr esa identificación subjetiva y un conocimiento simple. La paradoja, lo irracional, inmoviliza la mente racional como si fuera un shock. Es como tomar un fuerte envión para detenerse súbitamente, bruscamente. Esa detención mental, esa perplejidad sistemática, impide el razonamiento lógico y prepara el espejo mental para otro tipo de percepción, más pasiva y subjetiva.
La expresión incomprensible nace espontáneamente, porque la limitación del lenguaje hace surgir inevitablemente la contradicción cuando aspira a elevarse a las verdades divinas.
Otra forma de lograr un conocimiento subjetivo es a través del ejercicio de la meditación potencial; se provoca el estímulo mental, pero no se permite la respuesta racional. Esa fuerza generadora y no gastada en un sentimiento o una comprensión común, conduce fácilmente a una identificación subjetiva y un conocimiento simple.
El hecho de que el conocimiento así adquirido sea subjetivo no le quita realidad. Un conocimiento es tal cuando es parte del alma, es uno mismo; si no es una teoría, una abstracción. Por supuesto que puede no ser un conocimiento total, pero es un medio de alcanzar ese conocimiento total.
Cuando la ascética adecuada es sostenida por un estado real de Renuncia, la conciencia personal va dejando de ser el sujeto y se amplia paulatinamente hacia el ser espiritual. Entonces la identificación no se produce con un objeto de conocimiento arbitrario, sino con estados de conciencia cada vez más amplios, hasta que todo el ser se transforma en un estado en sí único, simple y divino.
Tiene que llegar el momento en que el sujeto debe desaparecer. Si no, habría dos cosas: el alma y la Divina Madre. Llegamos aquí al punto en que la consideración debe detenerse. Si hay identificación, ¿como no hay desaparición? Si es uno, no puede ser dos. Es uno, pero es dos, porque por más alto que se llegue siempre se está dentro de la expresión de Dios. Esta dualidad no es multiplicidad, sino la simplicidad por reversibilidad.
Este concepto que choca con la mente racional, es incomprensible; pero puede experimentarse transformándose uno mismo, por la oración y la Renuncia, en imagen de esa simplicidad a través de un estado interior de similitud. Así se logra una identificación contemplativa y se es lo que se quiere conocer. Sin embargo, esto es aún un movimiento del alma y no es la suma perfección que es Presencia.
Hasta ahora el alma sólo ha logrado identificarse y transformarse en el movimiento simple que es la vida. Cuando se logra la inmovilidad espiritual que es Presencia, no se es la vida, se es testimonio de la vida, Testigo Simple de la Eternidad, imagen perfecta y similar de la Divina Madre que porque No Es, Es.
El concepto de potencial sólo existe en relación con el factor tiempo. La Eternidad no es un tiempo infinito, sino el no-tiempo. Cuando se ha vencido al tiempo por el acto eterno de Presencia, se ha realizado lo potencial, Hes. La Resurrección de Hes, entendida racionalmente, es la transformación de lo potencial en activo, pero espiritualmente significa la realización del alma, el nacimiento a la conciencia espiritual del ser que trasciende toda dualidad. El ejercicio de meditación tiende a llevar a ese estado de conciencia más allá de las distinciones racionales de diferenciación y se logra por un recogimiento profundísimo, más allá de la técnica y las distinciones racionales.

Fundador de CAFH

Las Enseñanzas directas de Santiago Bovisio quedan así depositadas en manos de los hombres, cumpliéndose de esta manera su mandato final= ¡Expandid el Mensaje de la Renuncia a toda la Humanidad! Que la Divina Madre las bendiga con su poder de Amor.

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