Curso XIV - Enseñanza 9: Meditaciones Metodizadas
El método aquí expuesto servirá especialmente a los principiantes para entrar al camino de la Meditación y facilitará extraordinariamente este ejercicio.
Primera Meditación.
Tema: La Dama Negra.
Efectos: Aborrecimiento.
La práctica de esta Meditación conduce al alma a considerar sus extravíos y faltas y al aborrecimiento de los mismos; cada acto perverso cometido por el ejercitante se transforma en un cuadro vivo que lo hace padecer y purgar sus males. Por eso, para que el efecto sea más tangible, es conveniente que el que medite se acuerde de hechos, momentos y lugares determinados. Asimismo, es muy útil considerar como resultado de los vicios pasados, las enfermedades y las dificultades financieras, las humillaciones y los malos ratos por los cuales ha tenido que sufrir. Esta clase de Meditación generalmente se practica durante una o dos semanas.
Luisa La Valliere, la favorita de Luis XIV de Francia que fue suplantada en el favor real por Mme. Montespan, se retiró al convento de Carmelitas Descalzas de París, donde pasó, entre penitencias y oraciones, el resto de su vida que terminó en 1710. Cuando era ya muy vieja y creía haber olvidado para siempre su pasado, cruzando un día el patio del convento, vio a una joven novicia que, inclinada sobre el pico de agua de la fuente, bebía en el hueco de su mano. Este cuadro le trajo de repente, como una ráfaga, el recuerdo de cuando, joven y hermosa, bebía el agua de las fuentes de los parques de Versailles en la mano hecha taza del amante príncipe. La imagen, los hechos y los lugares que ella pensaba estaban desterrados para siempre, trajeron al alma de la anciana carmelita un nuevo y vivo aborrecimiento de su vida pasada. Horrorizada, se escondió en su celda y murió tres días después, negándose en todo ese tiempo a tomar un solo sorbo de agua, como nueva expiación de ese pasado revivido.
Segunda Meditación.
Tema: El Abismo.
Efectos: Desolación.
El alma arrepentida pierde su vieja personalidad, tan apegada a las vanidades humanas y el ídolo material que adoraba cae despedazado a sus pies. La tristeza, el desconsuelo, la desolación, el tiempo vanamente perdido, hacen que ella se encuentre sola, muy sola y como una extraña en contacto con los antiguos hábitos y costumbres y esta desolación la aleja cada vez más de las viejas cosas. Es conveniente practicar este ejercicio en una habitación obscura y apartada, en la cual no haya cosas agradables a la vista. También habrá que abstenerse durante este tiempo de paseos, charlas y diversiones.
Lutero, a pesar de ser fraile y sacerdote, no tenía aún plena seguridad de estar en la senda de la salvación eterna. Una tristeza infinita invadía su alma en las horas de oración; se iban debilitando rápidamente sus fuerzas físicas, iban desapareciendo más y más y ya ni salía de su celda. Pero, en esa soledad desoladora deshizo su vieja personalidad que confiaba más en los dogmas y en las ceremonias que en la verdadera devoción. Comprendió que sólo un corazón arrepentido y desolado, que sabe desde el abismo de la vida levantar sus ojos al cielo y confiar en Dios, podía acercarse poco a poco a Él.
Tercera Meditación.
Tema: Los dos Caminos.
Efectos: Desapego.
El ejercitante encuentra ya gusto en aplicar sus sentidos a las cosas espirituales mientras los va alejando más de las materiales. Es como el viandante que cansado, mira desde lejos la meta que quiere alcanzar y, al acercarse va desapegándose cada vez más de recuerdos, costumbres, a los cuales tanto estaba atado. En este ejercicio hay que emplear bastante tiempo, un mes o dos. Durante el mismo, el ejercitante debe hacer largos paseos solitarios, leer biografías ejemplares y visitar templos y lugares devotos.
Mejnour no quería hablar con Glyndon de sus anhelos iniciáticos; desde el principio, desde que el inglés llegó al castillo solitario entre las montañas, el Iniciado quería que el discípulo se fuera acostumbrando a la soledad, poco a poco, para que así se desapegara de su pasado y de sus costumbres. Lo único que le permitía era que lo acompañara en sus largas excursiones, dejando así que la naturaleza despertara en él el sentido de la vida y de su futura vocación espiritual.
Cuarta Meditación.
Tema: El Estandarte.
Efectos: Elección.
El alma, purgada ya de su pasado, se vuelca durante esta Meditación en ejercicios amorosos; como ha sido llamada a la vida espiritual, elige dentro de la misma su particular vocación. Las cosas materiales ya no tienen importancia para ella pues sólo le interesa cumplir su vocación espiritual y la voluntad de la Divina Madre. Durante dos o tres meses tiene que dedicarse a este ejercicio alejada de todo y de todos; algunos, durante este período, se mantienen completamente escondidos del mundo.
Enrique Dunant, ginebrino del siglo pasado, después de haber estado en Solferino en 1859, adonde fuera por negocios, al ver los horrores y desmanes de la guerra y el sufrimiento de los heridos, ya no pudo vivir en paz ni le interesaron ya los negocios. El banquero se olvida de sí mismo y de sus preocupaciones financieras; vive abstraído y como en un sueño; tiene su vocación única escrita con letras de fuego en el alma. Es un sueño, una visión, una obsesión, un anhelo vehemente de aliviar a los heridos de la guerra de sus sufrimientos y hacer que todo el mundo, amigos y enemigos, respete a los heridos, transformándose así, en el célebre fundador de la Cruz Roja Internacional.
Quinta Meditación.
Tema: El Templo de Oro.
Efectos: Consuelo.
Los afectos sensitivos interiores consuelan al alma continuamente. Durante este ejercicio el amor es tan inmenso que ella siente ímpetus para comunicar a toda la Humanidad su felicidad; es como si volviera al mundo transformada. La contemplación de la naturaleza, la belleza de los ideales humanos, el esfuerzo de las almas para llegar a Dios, la llenan de intenso regocijo. Todo lo que es material lo embellece con la fuerza espiritual, encuentra consuelo aun en el trabajo, en la ayuda y en el bien hecho al prójimo. Diversos meses se emplean en este ejercicio.
Chaitanya, nacido en 1485 y fallecido en 1553, es el gran enamorado de Krishna, siente en sí las llamas del Divino Amor y no puede detenerse. Sale de su soledad y corre a predicar por los caminos de Bengala, el Amor Divino. Canta, grita y pregona y a todos invita al banquete del Amado.
Sexta Meditación.
Tema: El Velo de Ahehia.
Efectos: Gozo.
El alma es inundada por torrentes de placer y su pecho, durante la Meditación y aún fuera de ella, se hincha de desconocido y soberano amor; irrisorias parecen las luchas pasadas y el tiempo de la prueba.
Casiano, el padre de los monjes de occidente, afirma que la verdadera oración es un intenso amor a Dios por Él mismo, sin espera de recompensa y sin importarle al discípulo las luchas, los sufrimientos, ni lo que pueda pasar. Más bien éstos le parecen cosas insignificantes y de ninguna importancia comparados con el Divino Amor.
Séptima Meditación.
Tema: La Resurrección de Hes.
Efectos: Arrobamiento.
Durante este ejercicio el alma llega a una comunicación total de su sensibilidad con la sensibilidad divina.
Margarita María Alacoque fue visitada por Jesús en visión, quien le pidió el corazón. La Santa se lo entregó y Él lo introdujo en su Sagrado Corazón, viendo ella como aquél se consumía en las llamas del Divino Amor, como si fuera un pequeño átomo, confundiéndose con el Corazón Divino. Jesús se lo devolvió después purificado y en forma de una llama ardiente, quedando así sellada entre los dos, la Divina Unión.