Curso VIII - Enseñanza 2: Cafh
Cafh es una sintonización de almas entre sí. Hace abstracción de la personalidad mundana de sus miembros y sólo consagra como Hijos a las almas. Aun como agrupación de hombres es ideal, pues reúne a determinados individuos sólo con un hilo magnético y anímico.
A estas almas Cafh brinda, para su liberación interior, un método único, de individual realización y de armónica aplicación en las almas de Cafh.
En su vida civil cada Hijo continuará observando la religión y las leyes de su país.
Las almas no pueden poseer otros bienes que los espirituales. Los bienes materiales son, por su propia naturaleza, externos al alma. Por eso Cafh, reunión de almas, carece de posesiones extrínsecas, constituyéndose sólo con las intrínsecas.
El bien primero que le es dado al alma es la Enseñanza oral.
La Enseñanza de Cafh no está dirigida únicamente a la capacidad del discípulo; opera integralmente sobre el alma. No se transmite, sino que se da en función de vida. Se vierte oralmente, con el calor, la vibración, la fuerza persuasiva de la propia experiencia bajo la mirada expresiva y siempre alerta del Orador.
Cafh posee, además, en figuras simbólicas, sus conceptos doctrinarios respecto del hombre y del universo. Su simbología ha resguardado a través de las épocas la pureza de sus arcaicas concepciones y tiene la virtud de fijar con imágenes, en la mente del discípulo, el concepto.
Cafh tiene un medio peculiar de asimilar y distribuir el magnetismo de la Gran Corriente entre sus Hijos. Su Ceremonial es el conjunto de pasos que cumplen tal finalidad. El nacimiento a la vida espiritual, las diferentes etapas que describe el alma en el Sendero, su año místico, su muerte física y toda la trayectoria hasta la realización de sus anhelos, son magnéticamente acompañados por el Ritual.
Otra riqueza de inestimable valor es el Espíritu del Reglamento.
Éste, en su letra, es preciso, limitativo, disciplinante; pero detrás de la letra está el Espíritu del Reglamento cuya conquista brinda al alma una amplitud de fuerza y poder ilimitados.
A través del Reglamento, los Hijos son incorporados y viven en Cafh. Por la realización de su Espíritu los Hijos comulgan con Cafh y se transforman en una pieza integral de la Gran Obra. Son parte del Cuerpo Místico de la Divina Madre y la observancia de ellos se transforma en hábito de vida. Éste es el Método.
El Método es el conjunto de normas que Cafh manda observar a sus Hijos a fin de que, transformándolas en hábitos individuales hagan asequibles a sus almas el Espíritu del Reglamento.
Así, por estas riquezas interiores, Cafh hace participar a las almas, progresivamente, a través de la realización de su Enseñanza, Simbología, Ceremonial, Reglamento y Método, en la Gran Obra. Don divino de la misma es también de capacitar a las almas para el manejo de la Gran Corriente y para la Unión Substancial con la Divina Madre.
Estas son las posesiones de Cafh, heredad de sus Hijos.
Pero Cafh es un organismo vivo y como tal irradia en el mundo y en los lugares en que posa su vibración, su influencia. Esta influencia se expresa en obras externas de toda índole y carácter y que empeñan al esfuerzo y al sacrificio de todos los Hijos.